Los cuellos de botella mundiales son el resultado de un enorme repunte de la demanda y no de problemas fundamentales en la cadena de suministro, afirmó el economista jefe de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Robert Koopman, una opinión que respalda la de los bancos centrales de que se trata de un fenómeno transitorio.
Se espera que los líderes del G20 discutan los cuellos de botella de la cadena de suministro y la aparente escasez cuando se reúnan en Italia esta semana, pero Koopman dijo que las políticas para abordar las dificultades de la cadena de suministro estaban ignorando el problema principal.
“Creo que el verdadero problema aquí es la demanda, y la demanda está impulsando lo que es esta percepción de escasez a pesar de que no está claro, para mí, que los suministros sean menores que en el 2019, excepto en cosas como los automóviles. Es parte del costo de la rápida recuperación”, agregó.
El gasto de los consumidores en las economías avanzadas se ha disparado, ayudado por el apoyo fiscal y monetario, y a causa de la pandemia se desplazó más hacia las oficinas en casa y otros bienes desde los servicios, como los restaurantes o las vacaciones.
El temor a futuras interrupciones del suministro también ha llevado a minoristas y mayoristas a acumular inventarios.
“La demanda ha seguido creciendo por encima del nivel que la cadena de suministro podía proporcionar”, manifestó Koopman.
Señaló que, en retrospectiva, las automotrices habían cometido un error al reducir drásticamente los pedidos durante la pandemia, porque la demanda posterior fue muy superior a las expectativas.
Los fabricantes de chips se han centrado en suministrar a las empresas de computadores portátiles y teléfonos móviles, cuya demanda fue alta durante la pandemia.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó su previsión de crecimiento mundial para este año, en parte debido a estas interrupciones, pero sigue siendo alta, entre un 5.9% y 5.2% para las economías avanzadas.
Koopman comentó que la producción mundial en su conjunto era sólida y que los volúmenes de carga aérea y marítima estaban en o cerca de sus máximos históricos.
El capital físico y la mayor parte de la mano de obra siguen existiendo, por lo que las cadenas de suministro deberían continuar funcionando, aunque ahora tengan dificultades.
“Mi opinión es que después del Año Nuevo deberíamos empezar a ver que las cosas se ralentizan. Sin embargo, eso podría depender de las medidas de estímulo de los distintos países”, consideró.