El influyente presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, un adalid de la ortodoxia monetaria, comunicó este miércoles que renunciará a su cargo a fin de año, tras una década al frente de esta institución y en plena incertidumbre sobre el futuro de la política monetaria acomodaticia europea.
“Llegué la conclusión de que, tras más de diez años, es el momento apropiado para inaugurar un nuevo capítulo, para el Bundesbank, pero también para mí a título personal”, escribió el presidente de la “Buba” en una carta dirigida a los empleados de la institución.
Durante su gestión al frente del Bundesbank, que en principio no finalizaría hasta el 2027, Weidmann no pudo evitar una merma de la influencia alemana sobre la política monetaria desarrollada a gran escala en toda la zona euro por parte del Banco Central Europeo (BCE).
El anuncio de su partida también tiene lugar en momentos en que Alemania está a punto de pasar la página de Angela Merkel en la cancillería, con quien se vinculó la carrera de este banquero central, quien encarnó la obsesión del país por luchar contra la inflación.
Las reticencias manifestadas durante mucho tiempo por Weidmann frente al rumbo expansionista tomado por el BCE bajo el mandato del expresidente Mario Draghi, aún repican en su carta de partida.
En el futuro, será “clave no solamente considerar los riesgos de una deflación, sino tampoco perder de vista los potenciales riesgos de inflación”, algo que sugiere aplicar una política monetaria más restrictiva, escribió en su misiva.
Weidmann ya ha pedido durante varios meses al BCE que considere un ajuste de tuerca al crédito tras haber desplegado un arsenal de medidas excepcionales de apoyos frente a la crisis del coronavirus.
También le inquieta un posible aumento duradero de la inflación en la zona euro, que la institución dirigida por Christine Lagarde considera como algo temporal por el momento.