El primer ministro británico, Boris Johnson, se dispone a prohibir la participación de Huawei en la red 5G del país, en una decisión histórica que irritará a Pekín pero agradará al presidente Donald Trump ahora que Estados Unidos lidia con el ascenso económico y tecnológico de China.
Washington había presionado a Johnson para revertir su decisión de enero de permitir un papel limitado a Huawei en el 5G, mientras que Londres está molesto por la represión en Hong Kong y la percepción de que China no dijo toda la verdad sobre el coronavirus.
El Consejo de Seguridad Nacional británico, dirigido por Johnson, se reunirá el martes para hablar sobre Huawei. El secretario para los medios, Oliver Dowden, anunciará la decisión a la Cámara de los Comunes más tarde en el día.
La excusa inmediata para el giro en la política británica es el impacto de las nuevas sanciones estadounidenses en la tecnología de los chips, que según Londres afecta a la capacidad de Huawei de seguir siendo un proveedor confiable en el futuro.
No está claro hasta dónde llegará Johnson el martes. Las operadoras ya tuvieron que limitar el papel de Huawei en el 5G al 35% para el 2023. Ahora se discute reducirlo a cero por dos o cuatro años más, aunque algunas firmas de telecomunicaciones han advertido que ir demasiado rápido podría retrasar tecnología clave e interrumpir servicios.
Al ser preguntado sobre Huawei en junio, Johnson dijo que protegerá la infraestructura crítica de los "vendedores estatales hostiles". El secretario de Justicia, Robert Buckland, dijo que la "prioridad" en la decisión será la seguridad nacional.
Estados Unidos afirma que Huawei, el mayor productor mundial de equipos de telecomunicaciones, es un agente del estado comunista chino y no es fiable.
Huawei niega espiar para China y asegura que Estados Unidos quiere frustrar su crecimiento porque ninguna compañía estadounidense puede ofrecer el mismo rango de tecnología a un precio competitivo.