Bajo una acacia en el norte de Kenia, azotado por la sequía, niños desnutridos se alimentan de una pegajosa pasta de maní rica en nutrientes que se utiliza desde hace tiempo para evitar la hambruna infantil en zonas de desastre en todo el mundo.
Esta maravilla alimentaria puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para un niño en la asolada Marsabit, donde trabajadores humanitarios dicen que los niños pequeños mueren en condiciones cercanas a la hambruna.
“Si nos quedamos sin esto, habrá más muertes muy pronto”, advirtió James Jarso, de la organización de socorro World Vision, en referencia a los sobres repartidos por grupos humanitarias y la aislada aldea de Purapul.
Pero en momentos que 1.7 millones de niños están expuestos al hambre en el Cuerno de África, el costo de estos suplementos salvavidas crece debido a otra crisis a miles de kilómetros.
El conflicto en Ucrania encarece la Comida Terapéutica Lista para Usar (RUTF, por sus siglas en inglés), según Unicef, que adquiere casi 80% del suministro mundial.
Ucrania es un importante exportador de aceite de girasol, trigo y otros granos. La guerra afectó los precios y disponibilidad de productos básicos, encareció el combustible e interrumpió las cadenas de suministros, ya perturbada por la pandemia.
Como consecuencia han subido los precios de la leche en polvo, los aceites vegetales y el maní (cacahuete), ingredientes del RUTF, indicó Christiane Rudert, consejera nutricional de Unicef para África Austral y Oriental.
Incluso el material para empaquetar el RUTF se ha vuelto más escaso y más caro, aseguró.
Pasta energética
Unicef, que adquiere cerca de 49,000 toneladas anuales de RUTF, comienza a sentir el aprieto. “El costo definitivamente ha subido, lo cual afecta nuestros pedidos”, dijo Rudert.
La empresa francesa Nutriset indicó que el último año aumentó dos veces el precio de su producto “Plumpy Nut”, su marca de RUTF, incluyendo un incremento de 13% en mayo pasado.
No lo pudo atribuir directamente a Ucrania, aunque citó un conjunto de factores que incluyen a la guerra, la pandemia, los costos de embarque y desastres ambientales, señaló Nutriset en un comunicado.
Unicef anticipó que para noviembre, el precio del RUTF habrá subido 16% desde el nivel precio a la guerra.
La invasión rusa también hizo subir el precio de los combustibles, encareciendo la entrega del RUTF donde se necesite. El momento no podía ser peor.
Más de 1.7 millones de niños menores de cinco años en Kenia, Etiopía y Somalia sufren la forma más letal de desnutrición debido a la peor sequía en generaciones en el Cuerno de África.
El encarecimiento del RUTF significa que atender a esos niños “costará US$ 12 millones más que antes de Ucrania”, señaló Rudert.
Alertó que se trata de dinero que no tienen ante las escasas donaciones para paliar el hambre en el Cuerno de África.
“Este producto es literalmente lo que salva la vida de niños cuando alcanzan esa forma severa de desnutrición”, afirmó Rudert. “No es solo maní con leche y azúcar y aceite, es terapéutico”.
Un salvavidas
Desarrollado hace un cuarto de siglo, el RUTF resultó ser revolucionario en el tratamiento de la emaciación severa, una enfermedad mortal en la que niños desnutridos son demasiado delgados para su estatura.
Un sobre de RUTF contiene 500 calorías, con vitaminas y minerales esenciales.
Consumido directamente del paquete, el RUTF ayuda a los niños desnutridos a recuperar rápidamente su peso y energía, y no requiere refrigeración no preparación.
Esto es fundamental en regiones remotas y pobres como el norte de Kenia, donde escasean el agua potable y los trabajadores de la salud.
En una visita quincenal a Purapul, el médico gubernamental Mohamed Amin constató que la mayoría de las mujeres y niños sobrevivían con poco más que estos sobres de pasta que él recetó.
“Realmente ha sido un desafío”, comentó en una clínica móvil donde las madres reciben los suplementos para sus hijos.
Unicef adquiere suficiente RUTF para alimentar a al menos 3.5 millones de niños por año, pero con los niveles actuales de financiamiento, un aumento de precio de 16% podría significar que 600,000 menores se quedarán sin este salvavidas.
Las consecuencias serían desastrosas no solo para el Cuerno, sino para otras partes de África, como Sudán del Sur, donde 300,000 menores requerirán RUTF este año.
Jarso, de World Vision, consideró que el impacto del RUTF en sitios como Purapul es incalculable.
“Allí no hay leche, no hay carne no hay alimentos para ellos. Por lo tanto, es un salvavidas”, aseguró.