La economía mundial aún no está al borde de una recesión global, según el jefe del Banco de Pagos Internacionales, a menudo denominado el banco central de los banqueros centrales.
“Ciertamente ha habido una desaceleración. Una desaceleración notoria”, dijo a Bloomberg Television el miércoles el gerente general del BPI, Agustín Carstens. “Hay algunos modelos que muestran que la probabilidad de recesión ha aumentado, pero aún está lejos de ser algo seguro”.
Aun así, Carstens advirtió que los formuladores de políticas deben caminar sobre una línea delgada a medida que renuevan la flexibilización, a fin de evitar la acumulación de riesgos futuros.
“Los bancos centrales tienen que ser muy hábiles básicamente para lograr el equilibrio adecuado”, dijo en una entrevista desde Hong Kong. “Si vamos demasiado lejos en términos de tasas de interés negativas, permitiendo demasiada búsqueda de rendimiento, eso podría provocar una situación en la que las amenazas a la estabilidad financiera en el futuro podrían comenzar a aparecer”.
Los bancos centrales de todo el mundo están tratando de encontrar la forma de responder a un crecimiento más débil, en un entorno donde las guerras comerciales del presidente de EE.UU., Donald Trump, impulsan la incertidumbre para los consumidores y las empresas. En julio, la Reserva Federal citó las perspectivas de tales desarrollos globales cuando recortó las tasas de interés por primera vez en una década, y se espera que reduzca nuevamente los costos crediticios el miércoles.
“El elefante en la habitación, especialmente en esta región, es la política comercial”, asegura Carstens, quien anteriormente dirigió el banco central mexicano. “Si tuviéramos una política comercial diferente, los bancos centrales no se verían tan presionados hacia una política monetaria acomodaticia y, por lo tanto, la política monetaria tendrá que agotar su espacio político”.
Las perspectivas económicas mundiales se están atenuando antes de las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional del próximo mes.
El FMI se está preparando para actualizar su pronóstico de crecimiento en las nuevas Perspectivas de la economía mundial. En julio, redujo la proyección para este año a 3.2%, la más baja desde la crisis financiera.