La Ley de Mercados Digitales se dirige en efecto a Apple, a Google, la unidad de Alphabet, la matriz de Facebook Meta, Amazon y Microsoft. (Foto: Damien MEYER / AFP).
La Ley de Mercados Digitales se dirige en efecto a Apple, a Google, la unidad de Alphabet, la matriz de Facebook Meta, Amazon y Microsoft. (Foto: Damien MEYER / AFP).

Los parlamentarios y los países de la Unión Europea (UE) podrían llegar a un acuerdo sobre unas normas destinadas a frenar el poder de los gigantes tecnológicos estadounidenses en abril, y se espera que los puntos conflictivos se resuelvan en las próximas semanas, informó un legislador que dirige las conversaciones.

Conocida como Ley de Mercados Digitales (DMA, por su sigla en inglés), la normativa propuesta hace poco más de un año por la jefa de antimonopolio de la UE, Margrethe Vestager, establece una lista de lo que deben y no deben hacer los guardianes de la red -empresas que controlan los datos y el acceso a sus plataformas- reforzada con multas de hasta el 10% de la facturación mundial.

La DMA se dirige en efecto a Apple, a Google, la unidad de Alphabet, la matriz de Facebook Meta, Amazon y Microsoft. Necesita la aprobación de los parlamentarios de la UE y de los países de la UE antes de convertirse en ley.

El legislador Andreas Schwab, que ya ha mantenido dos reuniones con los países de la UE sobre el tema y ha programado una tercera para el 1 de marzo, dijo que es optimista en cuanto a lograr un acuerdo en lo que sería un tiempo récord para una pieza clave de la legislación. “Seguimos queriendo concluirlo a finales de marzo, principios de abril”, manifestó.

Sin embargo, dijo que ambas partes están en desacuerdo sobre el papel de la Comisión Europea, ya que los legisladores insisten en que el ejecutivo de la UE sea el único ejecutor y con poder de veto, mientras que los países del bloque quieren que los organismos de control nacionales tengan más voz y que la Comisión no tenga poder de veto.

Schwab afirmó que los miembros del parlamento no cederán en una propuesta que permitiría a los reguladores imponer remedios estructurales como la disolución de cualquier gigante tecnológico que infrinja las normas, aunque los países de la UE no son partidarios de ello.

Sin embargo, hay espacio para el compromiso, dijo, con todas las partes deseosas de adoptar normas que podrían establecer un estándar global.