El opositor presidente encargado, Juan Guaidó, ha perdido arrastre en las calles venezolanas y el entusiasmo entre los aliados internacionales. (Foto: Bloomberg)
El opositor presidente encargado, Juan Guaidó, ha perdido arrastre en las calles venezolanas y el entusiasmo entre los aliados internacionales. (Foto: Bloomberg)

A medida que se apagan las esperanzas de alivio en una Venezuela devastada por la crisis, su asediada oposición se encuentra en un lugar familiar. Superados, desconcertados y corroídos por la disidencia interna, las díscolas fuerzas antigubernamentales no solo no lograron destituir este año al —cada vez más autocrático— presidente Nicolás Maduro, sino que, al no poder hacerlo, es posible que hayan fortalecido su poder.