Miles de personas en el mundo están a la espera de un trasplante. (Foto: Flickr/Badly Drawn Dad)
Miles de personas en el mundo están a la espera de un trasplante. (Foto: Flickr/Badly Drawn Dad)

La administración del presidente Donald Trump presentó el martes una reforma para alentar a los hospitales a trasplantar órganos de donantes mayores y más riesgosos, en vista de que la tasa de rechazo por criterios médicos en Estados Unidos es muy alta en comparación con otros países.

Otra propuesta tiene como objetivo alentar a más donantes vivos a dar un riñón, cubriendo sus salarios y sus gastos de cuidado infantil mientras se someten a los procedimientos, lo que hasta el momento era un freno significativo para muchas personas, según el gobierno.

“Un órgano imperfecto es mejor que ningún órgano”, dijo Seema Verma, administradora de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, una agencia federal que supervisa parte de la industria de la salud en Estados Unidos. “Para alguien en la lista de espera, hace la diferencia entre la vida y la muerte”.

Señaló que 20 personas mueren cada día en Estados Unidos esperando un órgano.

La reforma se refiere principalmente a los riñones, que representan la mayor cantidad de trasplantes, muy por delante del hígado, el corazón y luego los pulmones.

Un estudio publicado en agosto arrojó que el 84% de los riñones disponibles fueron rechazados al menos una vez por los profesionales. Según otro análisis, los médicos estadounidenses rechazan dos veces más un riñón que los médicos franceses.

Concretamente, cuando una persona muere en Estados Unidos, sus órganos pueden ser extraídos y ofrecidos para trasplantes en el área correspondiente. El médico del primer paciente en la lista de espera en esta zona debe aceptar o rechazar el órgano. Muy a menudo lo niega con la esperanza para obtener un órgano de mejor calidad más adelante.

La reforma reemplazará los criterios existentes con dos nuevos, que alentarán el trasplante de más órganos de personas que murieron antes de los 75 años sin una enfermedad que les impidiera donar, como cáncer o enfermedades infecciosas.

Los corazones de las personas que han sufrido de hipertensión arterial ya no serán excluidos sistemáticamente, por ejemplo. “Este corazón puede no ser perfecto, pero puede salvar una vida”, dice Verma.

El gobierno estima que la reforma, que se aplicará a más tardar en 2022, aumentará el número de trasplantes anuales de 32,000 a 37,000 para 2026.