Tras varios días de incertidumbre, el buque “Baltic Performer”, cargado de bananos de Ecuador, finalmente entró al puerto de Helsingborg bajo el cielo pesado del sur de Suecia, en medio del debate en la Unión Europea (UE) sobre si hay que prohibir la entrada de barcos rusos a sus puertos.
En solidaridad con Ucrania, uno de los dos grandes sindicatos suecos de estibadores, Hamnarbetarförbundet, tomó la rara decisión a fines de marzo de negarse a tocar buques ligados a Rusia.
El navío de 150 metros, operado con bandera de Bahamas por una filial sueca de la naviera rusa Baltic Shipping de San Petersburgo, es uno de los primeros afectados por este boicot.
“Bloqueamos todos los bienes que tienen que ver con Rusia y su régimen”, explicó Rolf Lyktoft, encargado de la sección local del sindicato.
¿Deben prohibirse los navíos vinculados con Rusia en los puertos de la UE como lo reclaman Ucrania y su presidente Volodimir Zelenski?
El tema es espinoso, pero la medida es analizada en el marco de las nuevas sanciones que la UE discute, dijo una fuente europea.
De momento, ni la UE ni ninguno de sus 27 Estados miembros lo han aplicado, a diferencia de Reino Unido, que lo hace desde marzo.
“Debemos aumentar claramente nuestra presión” sobre Moscú, dijo el martes la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
270 navíos por mes
Según los analistas, la duda se debe a las consecuencias importantes que tendría tal bloqueo sobre el abastecimiento de petróleo ruso, que la UE hasta ahora ha evitado sancionar.
En Helsingborg, Rolf Lyktoft espera que el movimiento de sus 1,400 camaradas se convierta en una bola de nieve.
“Esperamos que el IDC (Consejo Internacional de Trabajadores Portuarios) decida subir un peldaño, que decidamos a nivel mundial no tocar los productos rusos”, comentó.
La dirección del puerto mantuvo un perfil bajo, pero finalmente logró descargar el lunes el “Baltic Performer”, al final del día y sin ser visto.
El navío llegado de América del Sur no había podido ser acomodado por falta de trabajadores que aceptaran descargarlo, lo que obligó a aplazar su llegada.
El bloqueo elegido por el sindicato sueco incluye a los navíos de bandera rusa, los que pertenecen a una empresa rusa bajo otra bandera, o incluso los que tienen a Rusia como destino u origen.
La dirección pudo contar con los brazos de Transportarbetare, el otro sindicato sueco de estibadores. “Consideramos que no debieron dejar el barco entrar al puerto, pero las autoridades portuarias lo hicieron”, deploró su presidente, Tommy Wreeth.
La semana pasada, su organización decretó también un bloqueo, pero solo a partir del 1 de mayo para darle tiempo a las navieras.
A su juicio, se trata de “presionar al gobierno sueco para que Suecia sea pionera y que la decisión sea tomada por toda la UE”.
Según sus datos, 270 navíos de bandera rusa o ligados a Rusia han atracado en los puertos europeos en marzo, cuatro de ellos en Suecia.
Perturbaciones a corto plazo
Reino Unido prohibió en marzo el acceso a sus puertos de barcos vinculados a Rusia. Sin embargo, los cargamentos de ese país, especialmente petróleo, aún pueden ingresar en otros barcos.
En otras partes de Europa, las iniciativas son limitadas, como el gran puerto francés de El Havre, donde la sección sindical de estibadores de la CGT se negó a suspender la descarga de barcos rusos.
“Eso solo puede ser una decisión tomada a escala europea. Si no, el puerto de Havre o los puertos franceses se van a disparar en el pie, porque el tráfico irá a puertos que hacen la vista gorda”, explicó Johan Fortier, representante del sindicato del segundo puerto francés.
El 3 de marzo, el gran puerto de Hamburgo suspendió el conjunto de transbordos hacia y desde Rusia, por prevención.
Pero tres semanas después, las operaciones “se retomaron de manera limitada”, explicó un portavoz, señalando que “las mercancías no figuran en la lista de sanciones de la UE”.
Como en otros países europeos, las aduanas alemanas controlan todos los contenedores y deciden su ingreso caso por caso. La adopción de nuevas sanciones se tendrá que hacer por unanimidad. “Todo está sobre la mesa”, aseguran los responsables europeos.
Si los 27 deciden seguir a Londres y Rusia decide adoptar represalias contra los buques de la UE, “eso podría interrumpir las exportaciones rusas a corto plazo”, destacó Niels Rasmussen, analista jefe de la organización naviera Bimco.
“Pero a medio plazo es posible que barcos no rusos y no europeos se reposicionen en Rusia y Europa”, mientras los barcos rusos y europeos “se trasladarán a otros mercados”, indicó.