El presidente de Argentina, Alberto Fernández, cumplió este jueves su primer año de Gobierno con un fuerte desgaste por el agravamiento de la crisis económica que ha disparado la pobreza en medio de la pandemia de coronavirus COVID-19.
El descontento social por la recesión económica fue determinante para su victoria en los comicios de octubre del 2019, que supuso el regreso del peronismo al poder, pero la pandemia de coronavirus llegó a Argentina en el peor momento para su economía y cuando apenas se cumplían los primeros 100 días de gestión de Fernández.
Fernández asumió la Presidencia de Argentina con un llamado a la unidad para superar “el muro del rencor y del odio entre argentinos” y con el foco en aliviar la grave crisis económica con una inflación y una deuda desbocadas, desempleo al alza, y paliar la pobreza, que afectaba casi al 40% de la población.
Un año después, Argentina es el país del G20 que registrará la mayor recesión en el 2020, con una caída prevista de 12.9% de su PBI, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El Gobierno de Argentina fue uno de los primeros en América en confinar a la población y paralizar la economía, lo que llevó a una caída sin precedentes en la industria y la construcción, desplome en el consumo, cierre de empresas y comercios, pérdida de empleos y aumento de la pobreza, que sufre ahora el 44.2% de la población.
Las restricciones de la pandemia han conducido a un desplome inédito que superará incluso el de la crisis del “corralito” del 2001.
Aborto, promesa electoral
Coincidiendo con el primer aniversario de su llegada al poder, el presidente argentino ha puesto sobre la mesa el debate sobre el aborto, un tema que divide al país.
Cumpliendo una promesa de su campaña electoral y, según varios analistas, en respuesta a presiones políticas de varios sectores de su alianza de Gobierno, Fernández envío al Congreso un proyecto para legalizar el aborto.
Fernández confía en que este proyecto cuente en el Legislativo con los votos necesarios para que no se repita lo sucedido en el 2018, cuando la Cámara de Diputados aprobó un proyecto para regular el aborto que el Senado rechazó.
Sin embargo, según una encuesta realizada por Giacobbe & Asociados, el 60% de los entrevistados manifestó que no quiere que la ley sea aprobada, mientras que apenas un 26.7% expresó lo contrario.
Para el analista Jorge Arias “suena a todas luces extemporánea esa discusión en el marco de cuestiones más urgentes hoy” como la emergencia sanitaria y la crisis económica.
La gran duda es la suerte que correrá este proyecto de ley y cómo será acogido por el sector que resulté perdedor “sea o no una maniobra de distracción”, añadió Arias en declaraciones a Efe.
Hartazgo por la larga cuarentena
Pese a una de las cuarentenas más largas del mundo, Argentina no ha podido evitar entrar en el top ten de países con mayor número de casos positivos (1′475,222) mientras que los muertos ascienden a 40,222.
La cuarentena estricta ralentizó la propagación del coronavirus y permitió al país preparar el sistema de salud lo que evitó un colapso del sistema sanitario.
Pero el impacto económico por la cuarentena y el cansancio de la sociedad argentina, que pidió en varias manifestaciones, algunas de ellas multitudinarias, una vuelta a la normalidad, condujeron a una caída de la popularidad de Fernández.
El consenso inicial en torno a las medidas adoptadas por Fernández y su aparente armonía con la oposición dio paso a la reaparición de la grieta, que ha marcado la política de Argentina en los últimos años.
Para Jorge Giacobbe, director de Giacobbe & Asociados, “después de un primer momento de conexión, cuando aparecieron las necesidades económicas y las de índole psicológico, Alberto Fernández no se pudo conectar” y eso marcó una curva de su popularidad hacia abajo.
“En Argentina gobiernan los problemas estructurales. Los presidentes administran la miseria, y la miseria se los come. Porque ellos para llegar al poder prometen que te van a llevar a un mundo feliz y después no lo pueden cumplir y la gente se enoja”, dijo.
Argentina está “hoy peor y están peor los argentinos. Ahora todo está peor y estamos muy irritados. Entonces cualquier cosa que haga el gobierno cae mal, incluso las cosas que son buenas”, agregó.
Respiro por reestructuración de la deuda
Entre los logros del primer año de gestión de Fernández, el director de la consultora Clivajes, Estebán Regueira, destaca al acuerdo para la millonaria reestructuración de la deuda con acreedores privados.
Después de casi cinco meses de duras negociaciones, Argentina logró en setiembre una adhesión del 93.55% a su oferta de canje, lo que le permitió reestructurar bonos de ley extranjera por US$ 63,375 millones.
También consiguió un aval del 99.49% a su oferta para reestructurar bonos en moneda extranjera pero de ley local por US$ 41,714 millones.
Regueira además resaltó que “aparentemente hay buena perspectiva de acuerdo” con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda, aunque subrayó que la gran materia pendiente es el crecimiento económico.
Idas y vueltas
Durante este año de gestión también se han puesto de manifiesto las diferentes visiones dentro de la coalición de gobierno.
Alberto Fernández fue designado candidato presidencial por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y desde el inicio de su mandato no han cesado las especulaciones sobre quién está verdaderamente al mando.
Aunque a diferencia de otros analistas Regueira opina que no hay un distanciamiento entre Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández, sí que reconoce que ha habido varios choques entre ellos en temas como la reforma de las jubilaciones, y el intento de expropiar la compañía Vicentin, una de las mayores empresas agroexportadoras del país, entre otras cuestiones.
Para otros como Giacobbe no hay una alianza de Gobierno sino que se trata de un “kirchnerismo con un chivo expiatorio” ya que el kirchnerismo necesita a Alberto Fernández para no pagar “el costo de los problemas que hay y los que vienen”.
De momento y antes de encarar los desafíos del 2021, Fernández tiene aún que superar un diciembre que en Argentina siempre ha sido complejo y que este año se ve agudizado por el aumento de la pobreza.
En opinión de Jorge Arias, Fernández todavía tiene la posibilidad de plantear un liderazgo de convocar a sectores, de trazar algunos lineamientos estratégicos y de reconstruir lazos para que la sociedad argentina logre superar la división.