La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que publica cada tres años el conocido como informe PISA de evaluación de los sistemas educativos en cada país, expresó su deseo de que en el futuro también se pueda medir el progreso en aspectos como la educación social y emocional.
"Creemos que la próxima frontera de medición educativa será sobre enseñanza social y emocional", dijo el jefe de la división de innovación y progreso en medición de la OCDE, Dirk Van Damme, en el marco de la conferencia sobre tecnología y educación E2 que Microsoft celebra estos días en París.
Van Damme indicó que cuando PISA empezó en el año 2000, la organización no esperaba tener el impacto que ha alcanzado en la actualidad, en la que se ha convertido en el estándar global para medir la calidad de la educación de cada país y reconoció que PISA no mide "todo lo que es educación".
Por ello, reivindicó la importancia de la enseñanza social y emocional (empatía, capacidad de alcanzar pactos, de crear conexiones personales, de adaptarse a distintos ámbitos, etc.) y lamentó que los "rankings" de PISA sean lo único que recibe atención pública de una "cuestión compleja" como es medir los avances en educación.
"A veces en la OCDE damos respuestas demasiado simplistas. Los 'rankings' son únicamente una dimensión de una cuestión muy compleja, pero son lo primero a lo que dan visibilidad los políticos y la prensa", explicó el jefe de innovación de la OCDE.
"Los datos indican que las llamadas "soft skills" (habilidades sociales y emocionales) tienen un impacto mayúsculo en el futuro de los niños, tanto o más que los conocimientos cognitivos", y están fuertemente relacionadas con "variables futuras como los niveles de desempleo, el salario y los casos de depresión", aseguró.
Van Damme también explicó cómo los empleadores le cuentan que contratan a sus empleados en función de sus habilidades cognitivas (conocimientos teóricos y habilidades prácticas) y les despiden por culpa de sus habilidades no cognitivas (falta de habilidades sociales y emocionales).
"La idea de que el carácter es algo con lo que se nace ha sido rechazada por la psicología moderna. El carácter se construye y se moldea, y la escuela desempeña un papel fundamental en ello", concluyó.