Los presidentes de México y de Argentina, Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández, que se reunirán esta semana para estrechar su agenda de cooperación y reforzar su liderazgo regional, difieren en sus formas y en su gestión en ámbitos como el aborto o la manera de afrontar la pandemia del coronavirus.
Tras la llegada de Fernández a México a primera hora de la mañana de este lunes, López Obrador dijo que “es muy buena la relación” con Argentina, subrayó que ambos Gobiernos se ayudan “mutuamente” y destacó la “cooperación” en la reestructuración de la deuda argentina y la obtención de la vacuna.
Por eso, invitó al presidente argentino al acto de conmemoración del próximo miércoles en que se celebrarán los 200 años de la promulgación del Plan de Iguala, que declaraba la independencia de México.
Pero mientras Alberto Fernández busca acercar los 7,400 kilómetros que separan Buenos Aires de Ciudad de México, el pragmatismo de López Obrador impone la cautela.
América Latina
No es la primera vez que se encuentran, pues Fernández ya estuvo en México como presidente electo en el 2019, cuando propuso a López Obrador construir un “eje” progresista latinoamericano entre Argentina y México que se deslindara de la izquierda que representa Nicolás Maduro en Venezuela.
López Obrador, quien siempre ha restado importancia a la política exterior y ha relegado las relaciones internacionales a los funcionarios de la Cancillería, enfrió entonces la propuesta, si bien poco después ambos países asilaron a Evo Morales.
“Comparten una noción bastante vaga, no muy específica del discurso latinoamericanista, que siempre ha criticado a México por no mirar al sur”, dijo José Enrique Sevilla, experto en relaciones internacionales de la Universidad Veracruzana, quien opinó que difícilmente la relación entre ambos se traduzca en una “actuación coordinada”.
Para Matías Mongan, miembro del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata, Fernández, que rompió con la tradición de los presidentes argentinos de visitar en primer lugar a Brasil, volverá a insistir a López Obrador en esta alianza “como contrapeso” a la derecha que representa Jair Bolsonaro.
Y puede que ahora, con un cambio en la Casa Blanca, López Obrador le dé “más importancia” a este eje que en el 2019 para despejarse así “de la imagen pegada a Donald Trump” que ha dejado la política migratoria coordinada entre Estados Unidos y México.
La pandemia
México y Argentina cerraron un acuerdo con la Fundación Carlos Slim para producir y distribuir la vacuna contra el COVID-19 de AstraZeneca y la Universidad de Oxford en América Latina, por lo que Fernández visitará una fábrica mexicana donde se envasa el fármaco.
Además, López Obrador reconoció este lunes que México tuvo acceso a la vacuna rusa Sputnik V gracias a la intermediación que hizo el Gobierno argentino con el Kremlin.
Pero la estrategia para afrontar la pandemia ha sido diferente en ambos países, con una estricta cuarentena decretada el 20 de marzo en Argentina y alargada durante meses, mientras México evitó encerrar a la gente en sus casas -si bien cerró durante dos meses las actividades no esenciales- para no afectar a los millones de pobres en trabajos informales.
También las medidas de estímulo para recuperar la economía han diferido, pues en México, donde López Obrador es reacio a endeudar el país, equivalen al 0.7% del PBI, mientras en Argentina al 3.7%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El aborto
Una de las diferencias más evidentes entre ambos mandatarios es su postura sobre la despenalización del aborto, que tuvo un apoyo contundente de Fernández mientras López Obrador se escabulle del tema.
“Estoy muy feliz de estar poniéndole fin al patriarcado, una gran injusticia que se vivía durante siglos”, expresó Fernández el 14 de diciembre al promulgar la ley, impulsada por el Ejecutivo, que permite interrumpir el embarazo en Argentina hasta la semana 14 de gestación de forma segura y gratuita.
Tras la aprobación de la ley en el Congreso argentino, López Obrador evitó posicionarse sobre el aborto y sugirió una consulta popular para preguntar a las mujeres, si bien su Gobierno no impulsará el referendo.
“Fernández se acerca mucho más a los temas de derechos humanos desde una perspectiva más contemporánea, mientras López Obrador tiene un discurso de la izquierda basado en la noción de pobreza”, opinó Sevilla.
El feminismo
López Obrador suele presumir de encabezar un gabinete casi paritario entre hombres y mujeres, aunque siempre ha evitado definirse como “feminista” y prefiere ser llamado “humanista”.
También ha sido objeto de varias polémicas como cuando acusó a la derecha de estar detrás de las protestas feministas, cuando dijo que el 90% de las llamadas por violencia machista son falsas o al apoyar recientemente a un precandidato a gobernador de Guerrero acusado de violación.
“López Obrador tiene una lógica populista que divide el ‘nosotros’ y el ‘ellos’. Alberto Fernández viene de la derecha liberal argentina, que se fue reconvirtiendo al kirchnerismo” y se opone a esta “dicotomía”, dijo Mongan.
El argentino, que en su toma de posesión destacó el “feminismo” dentro de los movimientos sociales, se reunió la semana pasada con los padres de la joven Úrsula Bahillo, víctima de feminicidio, y reivindicó que “hay que terminar” con este tipo de crímenes.