América Latina se está convirtiendo en un oasis de estabilidad en medio de la caída de los bonos global provocada por una guerra que se libra a 10,000 kilómetros de distancia.
Los bonos soberanos y corporativos denominados en dólares de la región han retornado un 0.4% desde que Rusia invadió Ucrania a fines de febrero, lo que contrasta con una pérdida de 9.8% en los bonos de Europa del Este, Medio Oriente y África y una caída de casi 3% en la deuda asiática, según índices de Bloomberg. También fue un período brutal para los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que sufrieron su peor trimestre de los tiempos modernos.
Los inversionistas han acudido en masa a América Latina durante el último mes, alejándose de los activos directamente afectados por la guerra. A diferencia de la mayoría de los países europeos en desarrollo, las principales economías de la región no tienen fuertes vínculos comerciales con Rusia y siguen beneficiándose del repunte de los precios de los commodities por ser grandes productores de materias primas.
El reciente desempeño superior marca un giro con respecto a los dos primeros meses del año, cuando los bonos latinoamericanos se vieron afectados por una venta masiva de activos del mundo en desarrollo provocada por el temor a que la Reserva Federal endureciera su política monetaria.
Aunque los bonos de la región se han recuperado desde entonces, una gran parte del mercado mundial de deuda siguió afectada, mientras los operadores se preparaban para una serie de aumentos más agresivos de las tasas de interés en Estados Unidos.
Energía e inflación
El alza de los precios de las materias primas provocado por los temores de una crisis de oferta desde que comenzó la guerra hizo que los inversionistas se interesaran especialmente por los bonos de los gigantes de los recursos naturales de la región. El mercado de deuda es la única forma de invertir en empresas estatales como Petróleos Mexicanos y la Corporación Nacional del Cobre de Chile, que no cotizan en bolsa.
“Las compañías petroleras cuasisoberanas desde Colombia hasta Brasil y México son opciones de inversión que nos gustan en la coyuntura actual”, dijo Kathryn Rooney Vera, directora de investigación macro global de Bulltick LLC, quien recomienda un enfoque de comprar y mantener para los créditos de energía ya que “hay más espacio para alzas”.
Aunque el aumento de los precios de los commodities beneficia a los productores de materias primas, también contribuye a una inflación que ya se encuentra en niveles elevados en la región. Por esa razón, los inversionistas también están favoreciendo los bonos vinculados a la inflación, buscando protección contra el aumento de los precios al consumidor.
“Mantenemos nuestras sobreponderaciones de las tasas reales en México y Brasil”, escribieron en un informe del 29 de marzo analistas de Citigroup liderados por Andrea Kiguel. El banco tiene una posición larga en los bonos vinculados a la inflación de México, los denominados Udibonos, con vencimiento en noviembre del 2023 y en las notas NTN-B de Brasil que vencen en agosto del 2024. Goldman Sachs también recomienda apuestas en Udibonos, favoreciendo los que vencen en el 2031.
Se espera que Brasil y México cierren el 2022 con una inflación por encima del límite superior de los rangos meta de sus respectivos bancos centrales, según una encuesta de Bloomberg. En contraste, las expectativas de inflación en otros importantes mercados emergentes, como Sudáfrica e Indonesia, están bien contenidas.