El Ministerio de Economía y Planificación (MEP) de Cuba anunció que ha dado el visto bueno a otras 67 micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), y a las dos primeras cooperativas no agropecuarias.
Con estas nuevas mipymes -66 privadas y una de propiedad estatal- más las primeras 35 que recibieron luz verde en la isla a finales de septiembre suman 102 las aprobadas como personas jurídicas para ejercer sus actividades.
Las dos actividades económicas más representadas en estas empresas son las de producciones manufactureras con 16 negocios, y de alimentos, con 13, refiere una nota publicada en la página web del MEP, que además indica que hasta ahora “no ha sido denegada ninguna solicitud”.
Entre ellas hay seis que son parte de proyectos de desarrollo local, dos que previamente han realizado exportaciones y una que forma parte del Parque Científico y Tecnológico de La Habana.
Este segundo grupo de empresas mipymes autorizadas a operar -28 de ellas recién creadas y 41 reconvertidas a partir de negocios ya existentes- darán empleo a 606 personas.
El Estado cubano identifica como actores económicos del país a la empresa estatal socialista (el principal), las cooperativas no agropecuarias, el trabajo por cuenta propia (privado) y las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Las mipymes cubanas
Las mipymes cubanas pueden ser de propiedad estatal, privada o mixta, son -según las normativas que rigen su creación y funcionamiento- unidades económicas con personalidad jurídica, que poseen dimensiones y características propias, y tienen como objeto desarrollar la producción de bienes, así como la prestación de servicios que satisfagan necesidades de la sociedad.
Entre sus facultades, las mipymes pueden exportar e importar, gestionar y administrar sus bienes, definir los productos y servicios a comercializar, así como sus proveedores, clientes, destinos e inserción en mercados; y operar cuentas bancarias y acceder a cualquier fuente lícita de financiación.
Además, pueden estar integradas por uno o más socios, se constituyen como sociedades mercantiles y se clasifican en dependencia del número de personas ocupadas como: micro empresa, cuyo rango de ocupados es de uno a 10 personas; pequeña empresa, de 11 a 35; y mediana empresa, de 36 a 100 personas.
También están autorizadas a fijar los precios de sus servicios y bienes -excepto aquellos que sean de aprobación centralizada-, definir su estructura, plantilla y cantidad de trabajadores y determinar sus ingresos.
El Gobierno cubano aprobó el pasado agosto ocho decretos-leyes con los que reconoce y amplía la gestión de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), las cooperativas no agropecuarias y el trabajo por cuenta propia (autónomo) como actores económicos.
Estas empresas no se permitirán en los sectores considerados “estratégicos” para el Estado cubano como salud, telecomunicaciones, energía, defensa, la industria azucarera, la prensa y otros que no están aprobados para los trabajadores autónomos en la isla.
Junto a las mipymes también figuran las cooperativas no agropecuarias, un nuevo actor económico surgido en el 2010 tras la ampliación del trabajo privado emprendida como parte de las reformas del ex-presidente Raúl Castro para “actualizar” el ineficiente modelo centralizado de la isla.