Varios países latinoamericanos planean vender bonos verdes luego del éxito de Chile a principios de este año, según Maria Tapia, especialista líder en cambio climático del en Washington. Las ventas de deuda soberana permiten establecer precedentes nacionales que pueden estimular la emisión del sector privado.

Tapia habló en una entrevista telefónica el 29 de agosto. Los comentarios han sido editados y abreviados.

¿Qué tan desarrollado está el mercado de bonos verdes en América Latina?

Sigue siendo un mercado emergente en comparación con Estados Unidos y Europa. Ha habido algunas emisiones principalmente de bancos nacionales de desarrollo, algunas empresas del sector privado e instituciones financieras. Solo este año, se emitió el primer bono verde soberano en Chile.

También hemos visto el compromiso de inversionistas institucionales que intentan invertir dinero en este mercado. Algunas bolsas de valores aún trabajan en la elaboración de los protocolos verdes, y tratan de definir qué es un bono verde a nivel local. Los soberanos que llegan al mercado establecen la referencia de cómo debería ser un marco verde.

¿Cada país necesita su propio marco?

Todo se puede basar en estándares internacionales, y la mayoría de los protocolos verdes a nivel local se basan en estándares internacionales, pero para los inversionistas locales, es bueno tener protocolos locales. Chile y México tienen sus propios protocolos verdes.

¿Otros soberanos de América Latina emitirán bonos verdes?

El BID trabaja actualmente con un aproximado de cuatro o cinco países para emitir bonos verdes o sostenibles y esperamos que la emisión sea el próximo año. El apoyo que brindamos a los soberanos les permite estructurar su marco de bonos verdes y eso toma alrededor de nueve meses.

¿Qué pasa con el sector privado?

También brindamos el mismo apoyo al sector privado. Los bancos tienen las carteras y son los más interesados en hacer este tipo de emisiones. Las instituciones financieras de gran tamaño no necesariamente necesitan apoyo para salir al mercado, pero a veces les gusta hacerlo para diversificar su base de inversionistas.

¿Qué sigue para Chile?

El siguiente paso para el gobierno es emitir localmente, comenzar a crear este mercado a nivel local. Estamos trabajando con el gobierno de Chile, el sector financiero y el Ministerio de Hacienda para crear mesas redondas sobre cómo apoyar el mercado financiero sostenible.

¿Los bonos verdes representan un costo para los emisores?

Hacer esto tiene un costo adicional, pero cuando se hace por primera vez se crea un marco que se puede utilizar en múltiples emisiones. Parte del apoyo que brindamos es subsidiar el costo inicial, con el ánimo de tratar de crear y desarrollar estos mercados.

¿Cómo ha sido la respuesta de los inversionistas?

La mayoría de estos valores se han suscrito en exceso porque hay muy pocos de ellos. Hay gran apetito por parte de los inversionistas.

¿Quiénes son los principales compradores?

Depende de dónde se coloque. El chileno se colocó en Estados Unidos y en su mayoría eran inversionistas estadounidenses. Cuando lo hicieron en Europa fue una combinación de inversionistas europeos y asiáticos. También hay apetito de inversionistas institucionales chilenos. Y eso está sucediendo en toda América Latina.

¿Qué debe suceder para impulsar el crecimiento en América Latina?

Necesitamos aumentar el número de emisores, estamos trabajando en esto. Necesitamos respaldar los sistemas financieros e identificar a emisores y proyectos que pueden llevarse al mercado. Incluso nuestros mercados de capital no ecológicos no son grandes en comparación con otros continentes. Si acceder a los mercados de capitales sigue siendo un desafío para un emisor no verde, para uno verde es un poco más difícil.