Los alimentos y fertilizantes de Ucrania y Rusia deben regresar cuanto antes a los mercados mundiales para evitar una hambruna, alertó este miércoles en Viena el secretario general de la ONU, António Guterres, tras admitir que de momento no se divisa un acuerdo de paz o alto el fuego en la guerra.
“Estoy profundamente preocupado por los riesgos del hambre que se pueden expandir a diversas regiones del mundo”, subrayó Guterres en rueda de prensa tras reunirse con el presidente federal austríaco, Alexander van der Bellen, y con el canciller federal, el conservador Karl Nehammer.
El máximo funcionario de Naciones Unidas recordó que la invasión rusa de Ucrania no solo está causando “devastación, destrucción y sufrimiento masivos” en el país atacado, también “envía ondas de choque a toda la región y al mundo”.
“Esta guerra sin sentido debe detenerse. Ha desencadenado una crisis tridimensional -de alimentos, energía y finanzas- con efectos devastadores para las personas, los países y las economías más vulnerables”, insistió Guterres.
Sin paz a la vista
El secretario general de la ONU llegó a la capital austríaca procedente de Moldavia, pocos días después de haber visitado Moscú y Kiev, donde pidió negociaciones de paz aún sabiendo que son improbables en un futuro inmediato.
“Para nosotros estaba claro que, en el momento actual, no hay posibilidades inmediatas de un acuerdo de paz ni de un alto el fuego global”, reconoció Guterres.
Explicó que en consecuencia, su equipo se concentra en mejorar las condiciones para evacuar civiles y hacer llegar ayuda, así como buscar soluciones a la creciente crisis alimentaria, fuente de una “profunda preocupación” del secretario general.
Guterres hizo un llamamiento a los países europeos a ayudar económicamente a Moldavia, el país más pobre de Europa, que sin embargo ha acogido a decenas de miles de refugiados
El peligro del hambre
“Pero seamos claros: una solución significativa a la inseguridad alimentaria mundial requiere reintegrar la producción agrícola de Ucrania y la producción de alimentos y fertilizantes de Rusia y Bielorrusia en los mercados mundiales, a pesar de la guerra”, insistió Guterres.
Para lograrlo, abogó por “una acción rápida y decisiva”, que incluya el levantamiento a todas las restricciones a la exportación “levantar las restricciones a la exportación”, y también así abordar el aumento de los precios de los alimentos “para calmar la volatilidad del mercado”.
Restablecer el derecho internacional
A mediano y largo plazo, Guterres se mostró esperanzado de que vuelvan a respetarse las reglas que rigen en la ONU, principalmente la de no atacar a otros países.
Para Guterres, la agresión rusa a Ucrania es “en realidad un ataque a la Carta de las Naciones Unidas”, pero “esta guerra no será para siempre (...) llegará el momento de negociaciones de paz”, señaló.
El clima sigue apremiado
Por otro lado, Guterres alertó del riesgo de que el conflicto bélico eclipse o incluso frene los esfuerzos para luchar contra el calentamiento del planeta y pidió “acelerar el fin de nuestra adicción a los combustibles fósiles”.
“Hay un grave riesgo de que el sentido de urgencia, que es absolutamente esencial para luchar contra el cambio climático, disminuya, lo que podría ser devastador”, dijo.
Para alcanzar el objetivo acordado en París, de evitar que el calentamiento global supere 1.5 grados centígrados, las emisiones globales de CO2 deben reducirse en un 45% esta década, recordó Guterres.
“Sin embargo, los compromisos climáticos actuales supondrían un aumento del 14% de las emisiones”, agregó.
“Nos estamos acercando al punto de inflexión. Esto es una catástrofe”, sentenció Guterres, quien se encuentra en Viena también para asistir a una reunión interna de asuntos administrativos de los diferentes organismos de Naciones Unidas.