La subida de los precios de las materias primas, desde el petróleo hasta el trigo, a raíz de la invasión rusa de Ucrania podría costar a la economía mundial el equivalente de al menos el 4% del Producto Bruto Interno (PBI), afirmó la correduría Trafigura.
Los precios del petróleo, que Trafigura, con sede en Ginebra, ya esperaba que alcanzaran los US$ 150 por barril antes de la invasión, podrían subir aún más debido a la dificultad de sustituir el crudo ruso con rapidez, afirmó el economista jefe de la empresa, Saad Rahim.
Algunos analistas han pronosticado que el petróleo, que ahora cotiza a US$ 122 el barril, podría alcanzar los US$ 200 o más.
Estados Unidos ha prohibido las importaciones de petróleo ruso y Gran Bretaña ha dicho que acabará con sus compras. Otros países occidentales no han tomado las mismas medidas, pero las sanciones están animando a muchas empresas a evitar el crudo de Rusia, uno de los mayores exportadores del mundo.
“Un aumento de 100 dólares por barril de los precios supondrá un golpe de entre el 3.5% y el 4% en el PBI mundial, si nos mantenemos en ese nivel durante todo el año”, dijo Rahim, añadiendo que la crisis también estaba haciendo subir los precios del trigo y los alimentos en todo el mundo, lo que haría que el impacto fuera aún mayor.
“Esta crisis llega posiblemente en las peores condiciones en cuanto a inventarios, capacidad flexible y capacidad de entrega”, agregó.
Arabia Saudita, uno de los pocos países con capacidad sobrante, podría aumentar la producción de petróleo, pero eso reduciría el colchón de seguridad mundial, el regreso del crudo iraní podría tardar meses en producirse y Venezuela no puede actuar con rapidez aun cuando se suavicen las sanciones de Estados Unidos.
Los perforadores de esquisto de Estados Unidos tampoco pueden aumentar la producción rápidamente.
“Ya estábamos muy ajustados en términos de existencias fuera de China, especialmente de crudo, pero también de gasóleo”, señaló Rahim, añadiendo que la liberación de 60 millones de barriles por parte de la Administración Internacional de la Energía (AIE) tendría un impacto limitado.
La escasez de crudo y gasóleo recuerda al mercado del 2008, aunque ahora el mundo no está en recesión. “La demanda de petróleo ha subido un 17% desde el 2008, pero el PBI mundial ha subido un 32%”, dijo.
Sobre las sanciones, Rahim dijo: “Las medidas que ya se han tomado han introducido mucha arena en los engranajes del comercio mundial de materias primas, ya sea en los fletes, las finanzas y los seguros. Todo ello sirve para detener una gran parte de los flujos”.