Las negociaciones entre más de 100 países para reformar las cargas impositivas globales se están enfrentando a cuestiones clave, a medida que las naciones ricas buscan persuadir a muchas economías en desarrollo para que alcancen un acuerdo preliminar en los próximos 10 días.
En la recta final de las conversaciones, los Gobiernos de todo el mundo se están esforzando por salvaguardar su soberanía fiscal y obtener una mayor parte de los impuestos de los gigantes tecnológicos. La maniobra está dificultando que los funcionarios convenzan a algunos países clave, como India y China, que han mostrado tener sus reservas en relación al acuerdo.
Las charlas técnicas dirigidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) tienen como objetivo revertir décadas de leyes y acuerdos fiscales, generar más ingresos fiscales para los Gobiernos y abordar las preocupaciones de que empresas multinacionales como Amazon.com Inc. y Facebook Inc. no están pagando lo suficiente. El acuerdo también podría hacer retroceder los impuestos digitales internos que han implementado algunos países, calmando las crecientes tensiones comerciales con Estados Unidos.
A principios de junio, las economías avanzadas del Grupo de los Siete llegaron a un acuerdo sobre el esquema general de crear un impuesto corporativo mínimo global de al menos 15%, además de definir las reglas para dar más ingresos a los países donde las empresas realizan ventas.
Sin embargo, antes de la reunión clave de la OCDE el jueves, algunos países fuera del G-7 se han mostrado inconformes de aceptar un acuerdo decidido por los países ricos, lo que genera incertidumbre sobre qué tipo de consenso se podrá establecer en las conversaciones técnicas. Cualquier cosa que se decida será considerada por los ministros de Finanzas del Grupo de los 20 en Venecia la próxima semana.
El objetivo de ambas reuniones es llegar a un consenso de alto nivel sobre los principios del plan, dijeron anteriormente funcionarios de la OCDE.
Varios funcionarios del G7 expresaron optimismo de que las conversaciones superarán los obstáculos, lo que conducirá a avances en el G20, aunque uno advirtió que el estado actual de las conversaciones con los países en desarrollo significa que las cosas podrían resultar de muchas formasen Venecia.
En los próximos días y meses, los negociadores enfrentarán desafíos políticos, al tiempo que intentan llegar a un acuerdo que satisfaga a los 139 países involucrados en dichas conversaciones.
Algunas naciones han argumentado que el acuerdo no va lo suficientemente lejos para recaudar y redistribuir los ingresos fiscales.
“Existe un riesgo sustancial de que los países en desarrollo básicamente no obtengan nada en términos de ingresos adicionales” del plan de la OCDE, dijo el lunes Martín Guzmán, ministro de Economía de Argentina.
También existe la preocupación de lograr que algunas de las economías más grandes del mundo fuera del G-7 firmen un acuerdo.
La secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, habló el martes con el Ministro de Finanzas de la India, Nirmala Sitharaman, para enfatizar el “interés compartido de ambos países en implementar un impuesto mínimo global sólido”. Un funcionario del gobierno indio dijo al proveedor de noticias Bloomberg Quint después de esa llamada que el país se oponía “en principio” a una tasa impositiva mínima global común.
Otro gran interrogante es si China estará de acuerdo. El país está preocupado por su capacidad para atraer inversiones en alta tecnología bajo un plan de impuestos mínimos, informó Bloomberg en junio.
Un alto funcionario europeo dijo la semana pasada que era difícil evaluar lo que China demandaría en el G20 y que existe el riesgo de que la segunda economía más grande del mundo no firme fácilmente un acuerdo negociado por los países del G7, lo que retrasaría potencialmente todo el proceso por años.
El plan de la OCDE se divide en dos pilares separados u objetivos amplios que, en conjunto, respaldarían un acuerdo. El Pilar Uno tiene que ver con compartir los derechos para gravar las ganancias de las multinacionales más grandes del mundo, y el Pilar Dos con el establecimiento de una tasa corporativa mínima global.
La mayor parte de las ganancias de ingresos del plan provendrá del Pilar Dos, el plan de impuestos mínimos, que podría generar US$ 150,000 millones de ingresos adicionales para los Gobiernos en combinación con los cambios propuestos al impuesto mínimo global de EE.UU., dijo Pascal Saint-Amans, el principal funcionario fiscal de la OCDE.