Los agricultores ucranianos deben regresar al campo esta primavera para “salvar la cosecha de trigo de invierno” y “prevenir un mayor deterioro de la situación de inseguridad alimentaria” que vive el país, urgió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Para frenar el empeoramiento de las perturbaciones en las cadenas de suministro de alimentos de Ucrania provocadas tras la invasión de Rusia, se necesita “con urgencia” un paquete de ayudas directas de 106 millones de euros (US$ 115 millones al cambio actual) para apoyar a los agricultores, explicó en un comunicado.
“A medida que el acceso a los alimentos y su producción y disponibilidad general se deterioran en buena parte de Ucrania a consecuencia de la guerra, los esfuerzos para apoyar la producción agrícola y el funcionamiento de las cadenas de suministro alimentario serán esenciales para evitar una crisis alimentaria”, explicó el director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO, Rein Paulsen.
La guerra que asola el país desde el pasado 24 de febrero ha provocado una enorme destrucción de los cultivos y las infraestructuras del país, lo que ha puesto en riesgo la seguridad alimentaria de sus ciudadanos y ha perturbado el suministro mundial, ya que Ucrania es el quinto exportador de trigo del mundo así como de otros cereales y aceite de girasol.
“La preocupación inmediata de la FAO es salvar la temporada de siembra de primavera en curso y evitar la interrupción de la próxima cosecha de invierno, normalmente entre junio y julio, ya que esto podría amenazar gravemente la seguridad alimentaria del país”, expresó Paulsen.
La preocupación principal de esta organización con sede en Roma es la situación de este 2022 en la que es posible que no se puedan cosechas ni cultivar un tercio de los cultivos ucranianos debido al desplazamiento de la población y el reclutamiento de los hombres para luchar, que ha provocado una escasez de mano de obra.
Por este motivo, los agricultores a todos los niveles “necesitan dinero en efectivo para recibir insumos y servicios para la producción de alimentos y proseguir sus labores agrícolas”.
Con los 106 millones de euros calculados, la FAO ayudará a 376,660 hogares agrícolas pequeños y medianos, lo que supone casi un millón de personas que recibirán hasta diciembre incentivos para paliar los efectos de la guerra, que ha contribuido a que los precios de los alimentos globales alcanzaran su máximo histórico desde 1990.