El Banco de Pagos Internacionales (BPI) advirtió que los fondos de pensiones y otras empresas financieras “no bancarias” tienen ahora más de US$ 80 billones de deuda oculta, fuera de balance, en forma de swaps de divisas.
Apodado el banco central de los bancos centrales, el BPI planteó estas preocupaciones en su último informe trimestral, en el que también dijo que la agitación de los mercados de este año se había superado, en general, sin muchos problemas importantes.
Después de haber instado en repetidas ocasiones a los bancos centrales a actuar con fuerza a frenar la inflación, esta vez adoptó un tono más comedido y también se refirió a los actuales problemas del mercado de criptomonedas y a la agitación del mercado de deuda pública del Reino Unido en setiembre.
Sin embargo, su principal advertencia fue lo que describió como el “punto ciego” de la deuda de los swaps de divisas, que corre el riesgo de dejar a las autoridades en la “niebla”.
Los mercados de swaps de divisas, en los que, por ejemplo, un fondo de pensiones holandés o una aseguradora japonesa piden prestados dólares y dan créditos euros o yenes en el “tramo al contado” antes de devolver el dinero, tienen un historial de problemas.
Ya los hubo durante la crisis financiera mundial y, de nuevo, en marzo de 2020, cuando la pandemia del COVID-19 causó estragos que obligaron a los principales bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos, a intervenir con líneas de swap en dólares.
La estimación de la deuda “oculta” de más de US$ 80 billones supera las existencias de letras del Tesoro en dólares, repos y papel comercial combinados, según el BPI, mientras que el flujo de operaciones fue de casi US$ 5 billones al día en abril, dos tercios de los negocios diarios con divisas.
Se calcula que las obligaciones en dólares de los swaps de divisas duplican la deuda en dólares del balance de los bancos y de las entidades no bancarias de Estados Unidos, como los fondos de pensiones.
“La deuda en dólares que falta por los swaps/forwards de divisas y los swaps de divisas es enorme”, dijo la institución con sede en Suiza, que describió la falta de información directa sobre la escala y la ubicación de los problemas como la cuestión clave.
“En tiempos de crisis, las políticas para restablecer el flujo fluido de dólares a corto plazo en el sistema financiero (por ejemplo, las líneas de swap de los bancos centrales) están sumidas en la niebla”, agregó.
Tasa de interés
El informe también analiza la evolución del mercado en general durante los últimos meses.
Los responsables del BPI han pedido a gritos que los bancos centrales suban las tasas de interés de forma contundente por el repunte de la inflación de este año, que se ha ido afianzando, pero esta vez adoptó un tono más comedido.
Al preguntársele si el fin del ciclo de endurecimiento podría estar cerca el año que viene, el director del Departamento Monetario y Económico del BPI, Claudio Borio, sostuvo que dependería de cómo evolucionen las circunstancias, y destacó también las complejidades de los altos niveles de deuda y la incertidumbre sobre cuán sensibles son ahora los prestatarios al aumento de las tasas.
“La respuesta sencilla es que se está más cerca que al principio, pero no sabemos hasta dónde tendrán que llegar los bancos centrales”, precisó.
“El enemigo es un viejo enemigo y es conocido”, refirió Borio, refiriéndose a la inflación. “Pero hace mucho tiempo que libramos esta batalla”.
Sin supervisión
Otras secciones del informe se centraron en las conclusiones de su reciente estudio sobre el mercado mundial de divisas.
Se calcula que US$ 2.2 billones en operaciones de divisas corren el riesgo de no liquidarse en un día determinado debido a problemas entre las contrapartes, lo que podría socavar la estabilidad financiera.
La cantidad en riesgo representa alrededor de un tercio del volumen total de operaciones de divisas y es superior a los US$ 1.9 billones de dólares de hace tres años, cuando se realizó la última encuesta sobre divisas.
Además, la negociación de divisas sigue alejándose de las plataformas de negociación multilaterales y se mueve a lugares “menos visibles”, lo que dificulta a los responsables políticos “la supervisión adecuada de los mercados de divisas”.
Con información de Reuters