Tras una interrupción de seis días, el principal oleoducto de Estados Unidos empezó a mover el jueves algunos de los primeros millones de galones de combustible para motores, después de que un ciberataque provocó una escasez de combustible en los estados de la Costa Este.
El Colonial Pipeline, que transporta 100 millones de galones por día de gasolina, diésel y combustible para aviones, reanudó el bombeo controlado por computadora el miércoles por la noche, tras añadir medidas de seguridad. Los envíos tardarán varios días en recuperarse por completo y es posible que se produzcan interrupciones, indicó la empresa.
El cierre provocó escasez de gasolina y declaraciones de emergencia desde Virginia a Florida, obligó a dos refinerías a frenar su producción e hizo que las aerolíneas reorganizaran algunas operaciones de reabastecimiento de combustible.
El reinicio del oleoducto debería llevar suministros a algunas áreas más afectadas el mismo jueves, señaló la secretaria de Energía, Jennifer Granholm. Según predijo, la escasez de gasolina podría terminar en un par de días.
“Se acerca el alivio”, agregó Jeanette McGee, portavoz del grupo de viajes en automóvil AAA.
El precio nacional promedio de la gasolina subió por encima de los US$ 3 el galón, el más alto desde octubre de 2014, afirmó la Asociación Estadounidense del Automóvil, y los precios en algunas áreas avanzaron hasta 11 centavos en un día.
Mientras los ciberexpertos del FBI investigaban un ataque que paralizó una gran parte de la infraestructura energética de Estados Unidos, el grupo que se cree que es el responsable dijo que estaba publicando datos de irrupciones en otras tres empresas, incluida una firma tecnológica de Illinois.
Se desconoce cuánto dinero buscaban los piratas informáticos y el operador del oleoducto se negó a comentar este punto. Colonial tiene un tipo de seguro que generalmente cubre los pagos de rescate, dijeron a Reuters el jueves tres personas conocedoras del asunto.