El tercer intento de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos de reformar la industria del mercado monetario de casi US$5 billones puede desafiar aún más la existencia de fondos que invierten principalmente en activos crediticios.
La semana pasada, la agencia reguladora propuso enmiendas a las reglas que rigen los fondos del mercado monetario para abordar las preocupaciones sobre los fondos ‘prime’ y exentos de impuestos que cobraron preponderancia por la turbulencia ocasionada por la pandemia de COVID en los mercados financieros en marzo de 2020. Los cambios incluyen el aumento de los requisitos de liquidez y la implementación de los llamados “precios oscilantes”, lo que obligaría a los inversionistas a redimir los costos de sus amortizaciones.
La crisis financiera de 2008 expuso problemas importantes con los fondos del mercado monetario, que se supone que son lugares aburridos para estacionar efectivo, y los reguladores pasaron años implementando una serie de mecanismos destinados a ralentizar el retiro de efectivo de los inversionistas en momentos de estrés. Sin embargo, al inicio de la pandemia, los inversionistas, presos del pánico, retiraron miles de millones de los fondos prime en menos de dos meses, lo que ayudó a desencadenar una crisis en todo el mercado de papeles comerciales.
Los estrategas de Wall Street están ampliamente de acuerdo en que algunas de las enmiendas propuestas reforzarían la resistencia del sector. También están de acuerdo en que, si se incluye una disposición de fijación de precios oscilantes en las reglas finales, esto daría lugar a salidas de capital de los fondos prime y haría que se ampliaran los diferenciales de crédito a corto plazo. Sin embargo, los analistas de JPMorgan dijeron que el mercado de papeles comerciales sobrevivirá y permitirá que otros inversionistas intervengan.