Luego de casi dos años de silencio por la pandemia de COVID-19, los helicópteros cargados de turistas y ejecutivos han vuelto a surcar los cielos neoyorquinos, para desesperación de miles de ciudadanos que inundan con quejas el teléfono de denuncias de la ciudad. Una ley podría dejarlos en tierra.
“Con los helicópteros más grandes, mi apartamento vibra”, se queja Melissa Elstein, una de las responsables de Stop the Chop NY/NJ (Paren los helicópteros), una organización de voluntarios damnificados por el ruido que lucha por prohibir los vuelos no esenciales, como son los turísticos y los utilizados por millonarios. “Es un modelo de negocio que no debería existir”, dice.
“Contaminan el aire, tienen un impacto negativo para la salud”, recuerda antes de arremeter contra los millonarios que “pretenden llegar al aeropuerto un poco más rápidamente, o para pasar sus fines de semana y vacaciones en los Hamptons”, una exclusiva zona de suntuosas mansiones y playas al este del estado.
El Parlamento del estado de Nueva York aprobó a principios de mes la ley “Stop The Chop”, que contempla multas de hasta US$ 10,000 diarios para las compañías que generen “un ruido excesivo sostenido”, y permite a la fiscalía tomar acciones contra los que infrinjan la norma.
Si la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, la ratifica -último paso para su entrada en vigor-, sería la primera ley que trata a nivel estatal de reducir el ruido que generan los más de 30,000 vuelos anuales de helicópteros por los cielos neoyorquinos.
El texto actual no ha satisfecho a Stop the Chop NY/NJ. “Es el primer paso”, “pero no lo que esperábamos”, asegura su presidente, Andy Rosenthal, antes de advertir: “La lucha continúa”.
Desde el 2020 al 2021, las quejas por el ruido de helicópteros al número 311 de la alcaldía pasaron de 10,359 a 25,821. La mayoría (21,620) procedían de Manhtattan.
“Perjudicial para la salud”
“Muchos neoyorquinos ya no pueden trabajar desde casa cómodamente, disfrutar de un paseo por el río, o que sus hijos duerman una siesta, debido al incesante ruido y a las vibraciones de los helicópteros no esenciales”, justificó el senador Brad Hoylman, promotor de la ley.
Y es que el ruido de los helicópteros no es solo molesto, también es “perjudicial para nuestra salud y nuestro entorno”, afirma el senador.
A eso se suma la contaminación ambiental. Un helicóptero produce 43 veces más CO2 por hora que un auto.
La ciudad tiene tres helipuertos activos: en la calle 30 con el río Hudson (separado de la vereda y de una ciclovía solo por una verja metálica) y en la 34 con el río Este, ambos utilizados esencialmente para vuelos corporativos y chárter, y otro en el distrito financiero del sur de Manhattan de donde salen los vuelos turísticos.
“Ruido de fondo permanente”
En la exclusiva zona de Battery Park, en el extremo suroeste de Manhattan, con impresionantes vistas al río Hudson, la estatua de la Libertad al fondo y Nueva Jersey al frente, el cielo es un trasiego constante de helicópteros y aviones.
La mayoría de los habitantes se han acostumbrado al anormal nivel de decibelios de la zona, ya afectada por el intenso tráfico rodado y los ferries que atracan y zarpan del puerto cercano.
Para Mark Roberge, es “un ruido de fondo permanente” que se ha convertido en “parte de la experiencia” neoyorquina.
No obstante, solo los vuelos esenciales deberían ser autorizados, dice. “Los helicópteros de turistas, que vuelan bajo, son peligrosos y deberían llevarse lejos”.
Un acuerdo en el 2016 entre la alcaldía neoyorquina y la industria del sector, redujo de 60,000 a 30,000 el número de vuelos turísticos y los confinó al espacio aéreo de los ríos que flanquean Manhattan, obligándolos a descansar los domingos.
Sin embargo, con un precio mínimo en torno a los US$ 200 por un vuelo de 15-20 minutos, el “sightseen” aéreo es una actividad apreciada por los turistas.
“¡Esto es algo que todo el mundo debería hacer en Nueva York! Tomar un vuelo y gozar de las vistas impresionantes de la ciudad. Los precios son razonables y la experiencia memorable”, asegura Yanique en la página de Foursquare.com, una guía de la ciudad.
Las compañías solicitadas no respondieron a los requerimientos de la AFP.