Si lleva 30 minutos en un juego de póker y no sabe quién es el idiota, usted es el idiota. Ese fue el mensaje inspirado en Warren Buffett para las nuevas empresas de tecnología y sus inversionistas durante un evento a puerta cerrada el martes por la noche para promover alternativas a las ofertas públicas iniciales.
Los bancos de Wall Street, argumentó Bill Gurley, de la firma de capital de riesgo Benchmark, son los que reparten las cartas y convierten en tontos a todos los demás, según las personas que asistieron al evento. La metáfora del póker surgió repetidamente en el transcurso de la tarde, que concluyó con una conversación entre Gurley y Michael Lewis, autor de “Liar’s Poker” y “The Big Short” durante una cena.
Inversionistas y empresarios de Silicon Valley se reunieron el martes para el evento en el Hotel Palace en San Francisco, descrito en un folleto para los asistentes como un “simposio liderado por la industria sobre los beneficios del enfoque de listado directo”. Los listados directos son una alternativa poco utilizada a una OPI, en la que una empresa pone sus acciones a disposición para negociar en una bolsa de valores sin las formalidades de una oferta pública tradicional. Eso significa una gira reducida, sin recaudación de fondos y menos comisiones para los bancos.
“No estamos para comenzar una pelea a puñetazos, no estamos para vilipendiar a un banco en particular”, dijo Gurley en una entrevista después de la cumbre. Reconoció que los bancos tienen que satisfacer tanto a sus clientes corporativos en una OPI como a los inversionistas que compran.
El objetivo principal de la ira fue el aumento de las acciones durante el primer día que a menudo acompaña a las OPI suscritas por los bancos. Un video transmitido por Henry Blodget comparó eso con vender su casa por US$ 1 millón y luego verla revendida poco después por el doble del precio.
Gurley publicó una foto de una gran boda, explicando que los banqueros y otros asesores enmarcan una OPI como un evento único en la vida. “Es una transacción comercial importante. Si entra en un modo soñador de pensarlo como una boda, pierde la disciplina fiscal que debería aplicar porque es una de las transacciones más caras que hará jamás”, dijo.
El capitalista de riesgo estimó que más de US$ 6,000 millones en riqueza han sido transferidos de las compañías a los inversionistas en OPI en los recientes debuts en el mercado de valores que se dispararon poco después de la oferta. “El lado de compra ha sido entrenado para recibir obsequios gratuitos. Tienen más derecho que un emprendedor milenial”, asegura.
Gurley, quien ayudó a organizar la convención del martes, ha pasado gran parte del último año promoviendo los listados directos. Fue el primero en plantar la idea junto a Stewart Butterfield, director ejecutivo de Slack Technologies Inc., según una persona con conocimiento de la interacción. En junio, la compañía de software corporativo se convirtió en el segundo negocio importante en seguir esa ruta en los últimos años, después de Spotify Technology SA. El abogado general de Slack, David Schellhase, habló en la cumbre para aconsejar a las compañías que contraten a un experto en relaciones con inversionistas tempranos y que pasen mucho tiempo con inversionistas públicos, según una persona que escuchó la presentación.
Algunos asistentes estaban convencidos y planean considerar alternativas. “Espero que este sea un tema de agenda regular para la junta directiva de las compañías que buscan cotizar en bolsa”, afirma Sarah Cannon, de Index Ventures, que respaldó a Slack.
Airbnb Inc. está en camino de ser la compañía tecnológica más grande en adoptar este nuevo camino. La compañía de alquiler de viviendas, valorada por inversionistas privados en US$ 35,000 millones, ha dicho que tiene la intención de salir a bolsa el próximo año y se inclina hacia una listado directo de acciones.
Una desventaja de los listados directos es que no recaudan nuevos fondos para las empresas involucradas. Eso es innecesario para algunos emprendimientos que ya han recaudado cientos de millones de dólares en mercados privados. Pero otras compañías necesitan el nuevo dinero para financiar el crecimiento, pagar deudas o retirar los primeros inversionistas.
Dos de las empresas de más alto perfil en la cartera de Benchmark, Uber Technologies Inc. y WeWork, eligieron las OPI tradicionales, con resultados nefastos para algunos inversionistas. Las acciones de Uber han bajado más de 30% del precio de oferta de mayo, y WeWork retiró sus planes recientemente. Por otra parte, Spotify y Slack también están por debajo de sus precios de debut. Eso plantea una pregunta sobre si las OPI son un chivo expiatorio para un problema mayor: los inversionistas de capital público simplemente no creen en las costosas valoraciones que varias grandes empresas de tecnología obtuvieron en rondas de financiamiento privado.
Esa idea fue ignorada en gran medida en la reunión del martes, donde prefirieron criticar a Wall Street. Ninguno de los tres principales asesores de OPI –Goldman Sachs Group Inc., Morgan Stanley o JPMorgan Chase & Co.– aparecieron en la lista de oradores. Goldman y Morgan Stanley también trabajaron en los listados directos de Slack y Spotify.
“La conclusión es que un listado directo no solo es posible, sino necesario”, asegura Manny Medina, director ejecutivo del emprendimiento de software Outreach Inc., quien asistió al evento.