Empresas chinas invirtieron más de US$ 130,000 millones en Latinoamérica en las últimas dos décadas, en particular en Brasil y Perú, dijo el gobierno de Estados Unidos, destacando los estrechos lazos de estas firmas con el gobernante Partido Comunista chino.
En un testimonio ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Peter Natiello, administrador adjunto para América Latina y el Caribe de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), sostuvo además que el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación de China otorgaron casi US$ 140,000 millones en préstamos a la región desde el 2005.
Afirmó que esto muestra que las “preocupaciones” de Washington sobre la creciente presencia de China en la región son “reales y justificadas”.
“La estrategia de China en el hemisferio occidental es amplia e incluye vínculos económicos, inversiones en infraestructura, apoyo al sector de la seguridad, programas de educación e investigación, así como asistencia en respuesta a desastres y lucha contra el COVID-19″, enumeró.
Natiello dijo que la mayor parte de la inversión china en Latinoamérica y el Caribe es en energía, industrias extractivas e infraestructura.
Y agregó: “Nos preocupan las tácticas coercitivas, explotadoras y depredadoras que suele emplear China”.
Como ejemplo, recordó el “salvavidas” a Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa (2007-2017), cuando bancos estatales chinos otorgaron a Quito unos US$ 8,000 millones en préstamos “no transparentes con condiciones no reveladas” y las empresas chinas brindaron “otras formas de financiamiento”.
Ahora varias de esas ayudas para financiar obras públicas están bajo investigación por “estándares cuestionables”, apuntó Natiello, y resaltó el caso de la represa Coca Codo Sinclair, en la selva ecuatoriana, que presentó daños al entrar en funcionamiento.
Además, afirmó que Pekín negoció planes de pago de la deuda que requieren que Ecuador entregue a China la mayor parte del petróleo que produce. “Esto limita el propio desarrollo económico y la soberanía de Ecuador”, aseveró.
Natiello también expresó la inquietud de Washington por el acercamiento de Pekín en una zona de tradicional influencia de Estados Unidos.
“Hemos visto esfuerzos de China en la región para promover una versión distorsionada o engañosa de la historia china y proyectar una imagen positiva pero incompleta de sus motivos en la región”, aseguró.
Kerri Hannan, subsecretaria de Estado adjunta para las Américas, dijo en la misma audiencia que el papel de China en Latinoamérica y el Caribe es uno de los “desafíos más apremiantes” de Estados Unidos.
Pero subrayó que Washington no responde a este desafío tratando de obligar a los países a elegir entre Estados Unidos y China, sino demostrando ser un mejor socio que el gigante asiático.