Estados Unidos justificó su recurso a las sanciones dictadas de forma unilateral ante lo que llamó “el bloqueo en ocasiones del Consejo de Seguridad de la ONU”, después de que se conocieran críticas por parte de Rusia y China, que consideran que con medidas como estas se desvirtúa el papel del Consejo.
El Consejo debatía hoy, a propuesta de la presidencia rusa, el régimen de sanciones impuestas a 14 regímenes y sus dirigentes, y sirvió de nuevo para ejemplificar las enormes discrepancias entre los tres países miembros permanentes del Consejo (y con derecho a veto) sobre las armas de la política exterior para influir en las decisiones de países terceros.
El Encargado de Negocios de Rusia, Dmitry Polyanskiy, consideró que esas sanciones —que van desde embargos comerciales a congelación de activos bancarios o inclusión de personas en una lista negra— “van contra el derecho internacional”, “son una injerencia en los asuntos internos de los estados” y son en suma “actuaciones inhumanas”.
Polyanskiy se refirió concretamente a las diferentes sanciones impuestas por Estados Unidos contra Siria, Bielorrusia, Cuba (que sufre, según sus palabras, “el terror económico” tras un embargo de 60 años) e Irán, y recordó que ahora la amenaza de sanciones se cierne sobre Birmania y Mali por haberse impuesto en esos dos países los golpistas tras su toma de poder en el 2021.
Con palabras menos gruesas, el embajador chino ante la ONU, Zhang Jun, dijo que la imposición de sanciones unilaterales equivale a “pretender superponerse al Consejo de Seguridad”, pero no son sino una “manifestación concreta del paternalismo de algunas naciones” que “parecen tener adicción” a esas medidas que no hacen sino “agravar crisis preexistentes”.
A su turno, la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield se defendió diciendo que su país siempre prefiere que sea el Consejo el que imponga las sanciones, pero “a veces su trabajo se ve minado por sus propios miembros (no mencionó nombres) y el Consejo se queda bloqueado en su labor de proteger la paz y la seguridad internacional”.
“Hay miembros que usan estos debates para criticar a estados miembros y decir que las sanciones son ilegales. Lo rechazamos categóricamente: nuestras sanciones no conculcan el derecho internacional, son herramientas legítimas y legales”, aseguró. Además, apoyó que otros actores, entre los que citó a la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados de África del Oeste, impongan también por su parte las sanciones que consideren pertinentes.
Para la embajadora, las sanciones se usan para presionar a los países en tres cuestiones: los atropellos a los derechos humanos, la corrupción y la proliferación nuclear, algo que consideró significa “aplicar la carta de la ONU”.
Otra voz se alzó en el Consejo contra las sanciones en general, unilaterales o colectivas, y fue la de Gabón, que subrayó que hay ocho países africanos afectados por estas medidas; su representante subrayó que están generando un gran descontento entre la población africana y esto deriva en “desconfianza creciente en la ONU”.