Estados Unidos instó el viernes a La Habana a que permita que los cubanos se expresen libremente en las protestas callejeras previstas para la próxima semana y advirtió que podría implementar más sanciones si se transgreden los derechos humanos de los manifestantes.
“Estamos atentos y nuevamente dispuestos para identificar y promover la rendición de cuentas de los violadores de derechos humanos en caso de que sea necesario”, expresó Emily Mendrala, subsecretaria de Estado Adjunta de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental. “Apoyar al pueblo cubano es una de las prioridades” de la administración del presidente Joe Biden, agregó.
Las declaraciones de Mendrala en una conferencia de prensa telefónica tienen lugar a pocos días de las protestas convocadas para el 15 de noviembre en diferentes puntos de Cuba, cuatro meses después de unas inusuales marchas en julio en las que miles de personas salieron a expresar su cansancio por carencias materiales y apagones y algunos demandaron un cambio de gobierno.
El gobierno cubano, que ha dicho que no permitirá nuevas marchas, reaccionó casi de inmediato a las declaraciones de Estados Unidos.
Carlos Fernández de Cossio, director general de Estados Unidos en la cancillería cubana, consideró como “una provocación montada contra #Cuba” a las declaraciones de Mendrala. “La subsecretaria asistente dice que están “monitoreando activamente la situación” en nuestro país, como si este fuera el Estado de la Florida, al que sí tienen derecho a controlar... si pueden”, expresó Fernández de Cossio en su cuenta de Twitter.
Grupos de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW) denunciaron la violación de los derechos de cientos de personas en las marchas de julio, las más concurridas en la isla en décadas. Se reportó un número no determinado de arrestos violentos y vandalismo, así como un fallecido.
Tanto en esa oportunidad como ahora las autoridades de La Habana dijeron que se trataba de una campaña promovida por sus detractores desde Estados Unidos para alentar un cambio de gobierno. Esta semana el canciller cubano, Bruno Rodríguez, dijo que Washington está detrás de esta manifestación financiándola, orientándola y dándole difusión como parte de su política en busca de un cambio de modelo político.
Mendrala desechó esas acusaciones y dijo que su intención era cambiar el foco de atención.
“Está claro que las protestas del lunes son... para demandar cambios, más respeto a los derechos humanos, a libertades fundamentales, a necesidades básicas”, dijo Mendrala en español. “La acusación de que el gobierno de Estados Unidos está detrás se hace para distraer lo que está pasando en la isla. El enfoque debería estar en el pueblo cubano y las demandas de ellos”.
Cuba está en medio de una fuerte crisis económica que se agudizó con la pandemia de COVID-19, décadas de sanciones económicas estadounidenses y las dificultades de una reforma financiera iniciada en enero para corregir las desviaciones de la doble moneda existente hasta entonces.
La marcha del lunes próximo es alentada por Archipiélago, una organización de jóvenes artistas y activistas, que dijo que seguirá con sus planes a pesar de las amenazas de la Fiscalía General de Cuba de que los manifestantes serán acusados de varios crímenes.
Los organizadores de la manifestación han rechazado estar financiados u orientados desde Estados Unidos y han expresado que su objetivo es realizar una marcha pacífica en reclamo de los derechos humanos y la liberación de presos, sobre todo los detenidos en las protestas del 11 y 12 de julio.
Varios grupos del exilio cubano de Miami han expresado su apoyo a las protestas.
Cuando asumió el gobierno de Biden, en enero, algunos sectores progresistas confiaban en que volviera a retomar la política de descongelamiento con La Habana que promovió el también presidente demócrata Barack Obama en un gobierno en el que el propio Biden se desempeñó como vicepresidente.
Luego la administración republicana de Donald Trump dio marcha atrás con esa política de flexibilización y volvió a implementar sanciones económicas y prohibiciones de visas a funcionarios cubanos.
Mendrala dijo que en este momento Biden está dispuesto a continuar con las sanciones, tras explicar que hay personas que enfrentan sentencias de “15, 20 años, sólo por participar en protestas” de julio. Aclaró también que en este momento Estados Unidos y Cuba mantienen relaciones diplomáticas bilaterales, tanto entre funcionarios de la embajada de la isla en Cuba como en la de Washington en La Habana.
“Hablamos de temas que son de necesidad mutua”, expresó la funcionaria, sin ofrecer detalles.
Además de las sanciones y la política de rendición de cuentas, dijo que Washington está promoviendo también la asistencia humanitaria en la isla a través del sector privado y organizaciones no gubernamentales, apoyo a la población cubana a través del envío de remesas y las comunicaciones por medio de internet.