Los 266,000 puestos de trabajo que las empresas estadounidenses añadieron en abril dan a los responsables de la Reserva Federal (Fed) pocas razones para hacer otra cosa que no sea mantener el grifo de la política monetaria expansiva bien abierto hasta que esté claro que la economía está en camino de volver al pleno empleo.
La tasa de desempleo de Estados Unidos subió a 6.1% y sigue estando muy por encima del 3.5% que alcanzó en los meses anteriores a la pandemia, según el informe conocido este viernes.
Sólo el 57.9% de la población estaba trabajando, según el informe, muy por debajo del 61.1% de febrero del 2020. Y a la economía estadounidense le siguen faltando más de 8 millones de puestos de trabajo en comparación con su nivel anterior a la crisis.
Un sondeo de Reuters entre economistas había pronosticado que la economía de Estados Unidos añadiría 978,000 empleos en abril.
“Esto pone menos presión sobre la Fed para hablar prematuramente de endurecimiento de su política monetaria. (Los responsables) querían ser pacientes y retrasarlo”, dijo Larry Adam, director de inversiones de Raymond James en Baltimore, en el estado de Maryland.
Las cifras seguramente decepcionarán al presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, que el jueves dijo que esperaba “una cifra realmente fuerte”, superior al millón de nuevos puestos. Incluso eso no habría hecho cambiar su opinión sobre la trayectoria de la política monetaria de la Fed.
En diciembre, la Reserva Federal dijo que no consideraría la posibilidad de cambiar su política monetaria, y en particular sus US$ 120,000 millones en compras mensuales de bonos, hasta que se produjera un “progreso adicional sustancial” en la consecución de sus objetivos de pleno empleo e inflación de 2%.
Desde entonces, los precios de algunos bienes han subido, pero los responsables de la Fed consideran que el aumento es probablemente temporal y su esperanza es elevar la inflación a un 2%, algo que sólo se hará evidente con el tiempo.
Los responsables políticos han dejado claro que no se darán por satisfechos hasta que la combinación de las ganancias de empleo y las pruebas de que aumentará más pongan a la economía en la senda del “máximo empleo”.
Tras el informe del viernes, los operadores de futuros de tipos de interés redujeron las apuestas de que la Fed empezará a subir los tipos el próximo año, y el rendimiento del Tesoro estadounidense a 10 años cayó a un mínimo de dos meses.
El grueso de los banqueros centrales de Estados Unidos ve la posibilidad de esperar hasta el 2024 antes de subir los tipos por primera vez desde que se redujo el tipo de interés oficial de la Fed a casi cero el pasado mes de marzo.