Un comité asesor de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en inglés) culminó este miércoles una reunión para estudiar el futuro de la vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson (J&J), sin atreverse a lanzar una recomendación ante la falta de datos.
El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, en inglés) de los CDC, compuesto por 15 expertos independientes, se enfrascó a lo largo de cuatro horas en una discusión sobre la seguridad de la vacuna de J&J, que ha sido desarrollada por su división con sede en Bélgica, Janssen, sin llegar a una conclusión.
El martes los CDC y la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, en inglés), encargada de aprobar las vacunas, recomendaron una pausa en la administración de este suero, después de que se detectaran seis casos de un tipo raro de trombosis cerebral en mujeres de menos de 48 años que habían sido inmunizadas con ese preparado.
Hay que esperar para una decisión
Una de las pacientes ha fallecido y otra se encuentra en estado grave.
Pese a tratarse de una recomendación, el anuncio ha provocado una pausa en la aplicación de la vacuna a través de los canales federales en Estados Unidos, mientras que los gobernadores de varios estados del país han decidido suspenderla.
Este miércoles el comité de expertos se reunía para decidir si actualizar o no dicha recomendación, aunque finalmente ha optado por no hacerlo y esperar a tener más datos para emitir una opinión en una semana o diez días.
La decisión de este grupo de ayudará al Gobierno de Estados Unidos a determinar los siguientes pasos respecto a la vacuna de J&J.
Durante la sesión, los científicos debatieron la posibilidad de pedir que la suspensión de la vacunación con J&J continúe o aplicarla únicamente a una determinada franja de edad, sin llegar a un acuerdo.
En estas discusiones salieron también a la luz las diferencias socioeconómicas dentro del país, ya que ese suero es el que se está administrando en las zonas más desfavorecidas y rurales, ya que es más fácil de almacenar que los de las otras vacunas autorizadas por Estados Unidos, las de Pfizer y Moderna.
Los expertos revisaron también los casos de trombosis cerebral detectados y un representante de J&J reveló nuevos datos.
El dolor de cabeza, un síntoma principal
Durante la sesión de ACIP, se destacó que el dolor de cabeza sería el principal síntoma que desarrollaron las seis mujeres con trombosis cerebral tras recibir la vacuna J&J.
El médico Tom Shimabukuro, responsable de seguridad de vacunas de los CDC, dijo que, aparte de dolor de cabeza, cinco de esas pacientes presentaron en un principio otros síntomas leves como escalofríos, apatía y mialgia, que más tarde derivaron en dolores fuertes de cabeza y abdominal, así como hinchazón en una pierna.
Por su parte, según el representante de J&J, Aran Maree, responsable médico jefe de Janssen, al menos cuatro de esas seis vacunadas recibieron un tratamiento incorrecto, con heparina, un fármaco que se suele emplear para las trombosis, pero que no se recomienda para el tipo de coágulos hallados tras la vacunación.
Entre esos casos se encuentra el de una mujer de 45 años que murió; tres de 38, 18, 48 años que no se han recuperado aún; una de 26 años, que ya está bien; y una de 28 años, cuya condición se desconoce.
Hay además un posible séptimo caso, el de una mujer de 59 años, que ha presentado trombos, pero que no se ajustan al mismo perfil que el resto.
Maree agregó que durante los ensayos clínicos para lograr la vacuna hubo un voluntario, un hombre de 25 años, que desarrolló trombosis cerebral tras recibir el suero, aunque ya se ha recuperado.
Asimismo, hubo otro voluntario al que se le administró placebo que también presentó coágulos durante la fase 3 de los ensayos.
Insiste en la seguridad
Tras la decisión de recomendar ayer una suspensión en la aplicación de la vacuna, el Gobierno de Estados Unidos insistió este miércoles en la seguridad de los sueros contra el COVID-19.
Así lo subrayaron el coordinador de la respuesta contra el COVID-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients; el principal epidemiólogo del Gobierno, Anthony Fauci, y la directora de los CDC, Rochelle Walensky.
“Ofrecer a los estadounidenses los hechos que necesitan (saber) es central para construir la confianza en las vacunas”, dijo Zients.
Estados Unidos ha dado autorización para uso de emergencia a los sueros de Pfizer y Moderna, que requieren de dos dosis, y al de J&J, que es monodosis. AstraZeneca todavía no ha solicitado este permiso en Estados Unidos.
Los casos de efectos adversos detectados en Estados Unidos son similares a los registrados en varios países de Europa en vacunados con AstraZeneca, aunque la médico de los CDC Beth Bell indicó durante la reunión de ACIP que el vínculo entre las trombosis aparecidas en inmunizados con esos dos sueros no está claro.
De acuerdo con datos de los CDC, hasta ahora se han administrado 7.2 millones de dosis de la vacuna de J&J a los estadounidenses, frente las 99.5 millones de dosis de Pfizer y las 85.4 millones de Moderna.
De los 75 millones personas en Estados Unidos que están completamente inmunizadas, el 9.5% lo han sido con el suero de J&J.