Las autoridades de la Reserva Federal (Fed) lidiaron este martes con el crecimiento del empleo sorprendentemente débil de abril, manteniendo la fe en el repunte económico de Estados Unidos, pero reconociendo que el ritmo de la recuperación en el mercado laboral puede resultar más volátil de lo previsto.
Estados Unidos agregó solo 266,000 empleos el mes pasado, alrededor de una cuarta parte de la ganancia esperada por los economistas, incluidos los propios funcionarios de la Fed, en lo que se había anticipado sería el comienzo de una racha constante de fuerte crecimiento del empleo.
Pero los datos han planteado interrogantes sobre la difícil interacción entre las decisiones de las personas sobre el trabajo durante la pandemia, limitaciones como el cuidado de los niños, desaceleración del ritmo de las vacunaciones, cuellos de botella en el suministro global de productos críticos y los mejorados beneficios de desempleo federales que pueden estar animando a algunos potenciales trabajadores a quedarse en casa.
En contraste con la cantidad de empleos creados en abril, las ofertas de trabajo a fines de marzo alcanzaron un récord de 8.1 millones, reduciendo la brecha con alrededor de 9.8 millones de personas aún desempleadas.
“Lo que sugieren los datos, y lo que escucho de manera anecdótica, es que la demanda y la oferta de mano de obra están en el camino de la recuperación, pero se están recuperando a ritmos diferentes y puede haber fricciones”, dijo la gobernadora de la Fed, Lael Brainard, a Society for Advancing Business Writing and Editing (SABEW).
“Aún hay preocupaciones sobre el virus, la necesidad de usar el transporte público”, afirmó, mientras muchos padres esperan que las escuelas vuelvan a abrir.
“Espero ver una buena mejoría en las personas que quieren ir a trabajar y pueden trabajar”, agregó Brainard. “Lo estamos viendo intermitentemente”, un hecho que, dijo, validó la “paciente” promesa del banco central de mantener las tasas de interés en nivel de crisis y la compra de bonos hasta que la recuperación sea más completa.
Hablando por separado con Yahoo Finance, la presidenta de la Fed de Cleveland, Loretta Mester, presentó argumentos similares. Tanto Brainard como Mester señalaron que mucho puede depender de que un mayor número de estadounidenses se vacunen, un tema posiblemente difícil dada la vacilación de algunos adultos por hacerlo.
“Decisiones difíciles”
El informe de empleo de abril ha desatado debates en Washington sobre en qué punto se encuentra la recuperación y si la decisión de extender un beneficio de desempleo federal semanal de US$ 300 hasta setiembre impide que las personas acepten trabajos, o si las dificultades de contratación informadas por las empresas son solo parte de la vida después de una pandemia.
“Es cierto que con la extensión de los beneficios por desempleo las personas están en una posición financiera para poder tomar esas decisiones difíciles, sobre si se sienten cómodos reingresando o no”, dijo Mester, agregando que los beneficios en sí mismos no están causando el problema.
El mercado espera que los nuevos datos sobre precios al consumidor de esta semana alimenten el debate de si la Fed está creando riesgos propios al mantener una política monetaria expansiva durante demasiado tiempo.
Brainard, sin embargo, dijo que esperaba que la presión por los aumentos de precios también disminuyera con el tiempo, justo cuando se resuelvan las dificultades en el mercado laboral.
“En la medida en que la congestión de la cadena de suministro y otras fricciones de reapertura sean transitorias, es poco probable que genere una inflación persistentemente más alta por sí mismas”, dijo Brainard, y señaló que algunas de las fuerzas que podrían generar precios más altos ahora, como un aumento en la demanda a medida que las personas vuelven a la normalidad, por ejemplo, no se repetirá.
Sobre 2%
Por su parte, el jefe de la Reserva Federal de Filadelfia, Patrick Harker, afirmó que las autoridades de la Fed están dispuestas a dejar que la inflación marche por sobre el 2% para compensar períodos de baja inflación, y seguirán el ritmo de los cambios en los precios además del nivel.
“No es sólo un número... sino que también es la tasa del cambio”, afirmó Harker durante un evento virtual organizado por la Sociedad CFA de Filadelfia.
Agregó que un 3% es la “máxima” inflación que le gustaría ver, aunque estaría más cómodo con una tasa de alrededor de 2.5%. “No queremos una inflación fuera de control”, señaló.