Una cantidad récord de aviones chinos ingresó este mes a la zona de defensa aérea de Taiwán. El ministro de Defensa de la isla advirtió que Pekín podría lanzar una invasión a gran escala en el 2025. (Foto: AFP)
Una cantidad récord de aviones chinos ingresó este mes a la zona de defensa aérea de Taiwán. El ministro de Defensa de la isla advirtió que Pekín podría lanzar una invasión a gran escala en el 2025. (Foto: AFP)

Mientras crece la tensión sobre Taiwán, China y Estados Unidos tratan de fijar límites y lo crucial es encontrar el nivel adecuado de presión entre ambas potencias nucleares.

Entre el montón de disputas entre las mayores economías del mundo, Taiwán es a menudo vista como lo único que puede encender un conflicto, en tanto Pekín considera ese territorio alineado con Washington como una provincia rebelde que quiere recuperar.

Una cantidad récord de aviones chinos ingresó este mes a la zona de defensa aérea de Taiwán. El ministro de Defensa de la isla advirtió que Pekín podría lanzar una invasión a gran escala en el 2025.

Entretanto, aliados de Estados Unidos aceleran sus pasos con Japón en su apoyo pleno al gobierno de Taipéi, incluyendo su apuesta a integrarse a un pacto comercial regional. Y Australia entró a la alianza trilateral AUKUS con Estados Unidos y Gran Bretaña, considera una respuesta al creciente poder chino.

Oriana Skylar Mastro, académica de la Universidad de Stanford y miembro del instituto American Enterprise, dijo que los vuelos de Pekín no significan que prepare una invasión a corto plazo, sino que tienen la intención de mandar un mensaje.

“Es para decirle a Taiwán que nadie les puede ayudar”, dijo. “El AUKUS o las declaraciones japonesas sobre Taiwán no cambiarán su cálculo estratégico”, añadió.

Estados Unidos dejó de reconocer oficialmente a Taiwán por China en 1979, pero el Congreso exigió que Washington provea armas a la isla para su autodefensa.

El riesgo de un error de cálculo fue advertido recientemente por el principal general estadounidenses, Mark Milley, quien declaró ante el Congreso que llamó a su par chino para aclararle que el expresidente Donald Trump no tenía intenciones de atacar en los turbulentos días finales de su mandato.

¿Qué riesgos tomar?

Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente Joe Biden, discutió sobre Taiwán en Zurich la semana pasada con un alto diplomático chino, Yang Jiechi.

Preguntado luego por la BBC sobre si Estados Unidos está preparado para emprender acciones militares en defensa de Taiwán, respondió: “Déjeme decirle esto: vamos a tomar acciones ahora para intentar evitar que eso ocurra”.

Entre esas acciones está el entrenamiento a tropas taiwanesas por parte de fuerzas especiales estadounidenses, declaró un funcionario del Departamento de Defensa.

Pero hasta ahora, el gobierno de Biden tiene en suspenso una propuesta de permitir que la embajada de facto de Taiwán se llame Oficina de Representación de Taiwán, alejándose así de décadas de un discurso diplomático delicado.

Mastro sostiene que eso podría tener poco efecto e incluso ser contraproducente en tanto muchos en Pekín están convencidos, aunque Washington lo niegue, de que Estados Unidos apoya plenamente la independencia de Taiwán.

“Creo que vale la pena correr riesgos por la venta de armas, por ejemplo. Eso ayuda a Taiwán a resistir un poco más”, señaló.

“Cosas como los cambios de nombre están pensadas para mostrar que Estados Unidos quiere luchar, pero, al final, solo aumenta la determinación de China”, añadió.

Kuo Yujen, analista político de la Universidad Nacional de Taiwán Sun Yat-sen, dijo que los esfuerzos estadounidenses iniciados por Trump apuntan a mostrar a Pekín que su creciente firmeza “sería contraproducente para el propósito de China y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”.

Calibrar mensajes

El presidente chino, Xi Jinping, ha atizado el nacionalismo ante quienes en Pekín dicen ver el declive de Estados Unidos. Pero varios expertos observan que Xi está calibrando su mensaje sobre Taiwán.

En un discurso pronunciado el sábado en el 110 aniversario de la revolución que llevó a fundar la República de China -nombre formal de Taiwán-, Xi dijo que la “reunificación nacional en forma pacífica significa servir mejor a la nación en su conjunto; incluyendo a nuestros hermanos en Taiwán”.

Craig Singleton, de la Fundación para la Defensa de la Democracia, manifestó que Xi fue “inusualmente práctico y mesurado” y que Washington debería tomar nota de ello.

“Tiene poco sentido seguir alimentando el deseo de Taiwán de sistemas de armamentos grandes y caros que, ciertamente, podrían ser destruidos por el ejército en pocas horas durante un conflicto”, indicó Singleton.