El presidente de Francia Emmanuel Macron. (Alessia Pierdomenico/Bloomberg).
El presidente de Francia Emmanuel Macron. (Alessia Pierdomenico/Bloomberg).

Ante las imágenes de mercados atestados o de personas paseando en bicicleta por las calles, las autoridades francesas no descartan prolongar el confinamiento de su población, previsto inicialmente por 15 días.

“Cuando veo que la gente sigue yendo al parque, a la playa o se precipita a los mercados abiertos”, es porque “no han entendido los mensajes” transmitidos por las autoridades, dijo el jueves el presidente francés, Emmanuel Macron.

, que contabiliza hasta la fecha 264 muertos por el , impuso desde el pasado martes al mediodía un confinamiento casi total de la población para intentar frenar la propagación de la epidemia.

Los franceses solo pueden salir de sus casas para ir a trabajar cuando no pueden hacerlo a distancia, comprar comida, o hacer algo de ejercicio, pero solos o sin alejarse mucho de sus lugares de residencia.

No obstante, con temperaturas que rozan los 20 grados en el sur del país, la tentación de ir a pasear era grande para muchos, que no dudaron en salir a pasear por las playas o a dar un largo paseo.

Las reglas no están siendo “respetadas perfectamente”, dijo Macron a periodistas durante una vista al Instituto Pasteur de París. “Muchos ciudadanos las están tomando todavía demasiado a la ligera”, añadió.

La directora general de la agencia sanitaria de salud pública de Francia, Geneviève Chêne, señaló el jueves que se necesitan de dos a cuatro semanas de confinamiento para contener adecuadamente el brote.

"Es probable que sea necesario ampliar (las medidas de contención) para que el freno sea suficiente", dijo. El avance de la epidemia "depende de que las personas respeten las medidas de confinamiento", añadió.

Frente al gran número de personas que paseaban en los últimos días por las playas de Saint Tropez o que hacían surf en Marsella, las autoridades prohibieron el jueves el acceso a todas las playas del Mediterráneo, a algunas del Atlántico y a las de la isla de Córcega.

“Algunos consideran que son unos pequeños héroes cuando violan las reglas. Pero no, son imbéciles y sobre todo una amenaza para sí mismos”, declaró por su parte el ministro del Interior francés, Christophe Castaner.