Hace seis años, Irlanda dejó de comprar carbón colombiano, aduciendo preocupaciones de derechos humanos, y recurrió a Rusia para obtener el combustible fósil. Ahora, la nación europea reanudó las compras a Colombia.
Es la última señal de cómo la invasión rusa a Ucrania está rediseñando el comercio mundial de energía, y beneficiando a productores como Colombia. Además de Irlanda, funcionarios colombianos también han sido contactados por Polonia y Alemania para aumentar los envíos, dijo el jueves en entrevista el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa.
El país sudamericano está listo para aumentar la producción, ya que se prepara para adjudicar dos licencias que fueron cedidas por Glencore Plc, con al menos cinco postores calificados.
Drummond Co., la minera que no cotiza en bolsa, ha vendido toda su producción para los próximos 18 meses y tiene capacidad para aumentar un poco la producción, al igual que la principal mina de Colombia, Carrejón, señaló Mesa. Hay potencial para aumentar la producción de carbón del país en un 10%, hasta una tasa anual de 65 millones de toneladas métricas, para fin de año.
“Una vez que se adjudiquen estas áreas, pueden comenzar a producir muy rápidamente, porque todos los activos y equipos están listos”, señaló Mesa. “Esperamos adjudicarlas hacia la última semana de julio”.
El actual floreciente mercado es un cambio radical con respecto a hace solo un par de años, cuando la transición a las energías limpias causó la caída de la producción y los precios de los combustibles fósiles. No obstante, Mesa entiende que la tendencia alcista puede ser transitoria.
“Me alegra ver este auge del carbón porque sabemos que, obviamente, no durará mucho tiempo”, dijo el ministro. “Una vez que las cosas se calmen en Europa, probablemente veremos un pico de demanda de carbón en los próximos años y la transición continuará”.
Potencial del petróleo
Otro obstáculo potencial para la buena suerte de Colombia es el político. Uno de los dos candidatos que se disputarán la presidencia del país ha prometido eliminar las industrias del petróleo y el carbón.
Mesa dijo que confía en que los contratos firmados se respetarán, independientemente de quién gane la segunda vuelta electoral el 19 de junio, y que la incertidumbre es un factor más importante para las decisiones de inversión a largo plazo.
La producción de petróleo en el país ha vuelto a los niveles previos a las interrupciones provocadas por los conflictos sociales del año pasado y se espera que alcance los 800,000 barriles diarios para fin de año y vuelva a los niveles anteriores a la pandemia de COVID-19 en 18 meses, dijo. Para este año se estiman inversiones en exploración de US$ 1,100 millones.
El próximo Gobierno tiene la opción de adjudicar nuevos bloques dentro de los primeros 100 días, con 10 a 15 áreas en juego y mucho interés de los posibles postores, dijo. “Esto puede avanzar muy rápidamente, en especial con los precios donde están ahora”.