China presentó una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para intentar anular los controles a la exportación impuestos por Estados Unidos, que pretenden limitar la capacidad del país asiático para desarrollar una industria nacional de semiconductores y equipar a su ejército.
China presentó la demanda ante la OMC el lunes, según un comunicado de su Ministerio de Comercio. Las normas comerciales amenazan su posición en este sector de US$ 580,000 millones, y el país argumenta que Estados Unidos utiliza injustamente vagas justificaciones relacionadas con la seguridad para frenar a su rival.
La industria de los chips se ha convertido en un importante foco de tensión comercial entre las dos superpotencias económicas. Aunque China es el mayor fabricante de teléfonos y computadoras, las empresas estadounidenses siguen controlando la mayor parte de la tecnología de chips subyacente.
La Administración Biden ha argumentado que necesita limitar el acceso de China a los equipos más avanzados para salvaguardar la seguridad nacional.
En el comunicado emitido el lunes, China dijo que Estados Unidos está practicando un proteccionismo económico que socava las normas comerciales. El comportamiento también amenaza la cadena de suministro global, según la denuncia. Pero incluso si el país tiene éxito con su caso, la OMC carece de la capacidad para obligar Estados Unidos a revertir sus acciones.
Washington ha pedido a sus aliados que apoyen las restricciones, lo que aumentaría la presión sobre China. Para las empresas estadounidenses, en tanto, las normas han causado cierto perjuicio. China es el mayor mercado de semiconductores, y los fabricantes de chips que venden al país esperan perder miles de millones en ingresos.
La medida de China marca la primera etapa del largo proceso de resolución de disputas de la OMC. Estados Unidos tiene ahora 60 días para iniciar consultas. Si eso no resuelve el problema, Pekín puede solicitar la creación de un panel de la OMC.
Podrían pasar varios años antes de que el caso se abra camino a través del atascado sistema de resolución de diferencias de la OMC. E incluso si China gana el caso, Estados Unidos podría vetar el resultado apelando la decisión ante el lento órgano de apelación de la OMC.