La deuda de consumo general de Brasil alcanzó un máximo histórico, justo cuando los préstamos se encarecen en medio de una agresiva campaña del banco central para aumentar las tasas de interés.
La deuda impaga de los hogares brasileños alcanzó el 59.9% de los salarios totales en junio, el nivel más alto desde que el banco central comenzó a publicar los datos, en el 2005. La deuda total, que va desde préstamos a corto plazo con tarjetas de crédito hasta hipotecas, aumentó un 10.6% con respecto a un año atrás, informó el banco el lunes.
“Hemos visto que la deuda general de los hogares aumenta cada mes, batiendo récords”, dijo a la prensa Fernando Rocha, jefe del departamento de estadísticas del banco central, en una conferencia de prensa. “Es una trayectoria que estamos monitoreando constantemente”.
Hasta ahora, la creciente demanda de crédito ha sido satisfecha por las instituciones financieras, siendo los pagos con tarjeta de crédito y los préstamos para comprar automóviles los que más han aumentado.
Si bien las tasas de default de préstamos personales se mantuvieron con escasa variación en agosto, en 4.2%, analistas de JPMorgan y Chase Co temen que los altos niveles de deuda de los consumidores puedan estropear la recuperación económica a medida que los costos de endeudamiento se elevan aún más.
“Seguimos preocupados de que el alto nivel de endeudamiento pueda afectar los balances de los hogares y perjudicar el ritmo de la demanda interna a futuro, especialmente dado el esperado endurecimiento de la política monetaria”, escribió el economista Cristiano Souza en un informe de investigación. Mejoras en el mercado laboral podrían ayudar a mitigar el impacto en la actividad económica, dijo.
Un aumento en la creación de empleos, gracias a una aceleración de la campaña de vacunación contra el COVID-19, ha ayudado hasta ahora a mantener los gastos mensuales para el pago de préstamos en un nivel estable cercano al 30%, según Rocha, del banco central.
Encargados de políticas encabezados por Roberto Campos Neto han elevado la tasa de referencia Selic en 425 puntos básicos desde marzo para combatir la inflación, que supera el 10% anual. El banco central consideró las tasas de interés promedio, que subieron a 29.9% en agosto, “en línea” con el endurecimiento actual de la política monetaria.