Algunos expertos sostienen que los retiros no son una medida oportuna ahora que la pandemia se ha replegado y el país goza de más libertades que nunca y apuntan a que podría hipotecar los ahorros futuros de muchos contribuyentes. (Foto: Reuters/Rodrigo Garrido)
Algunos expertos sostienen que los retiros no son una medida oportuna ahora que la pandemia se ha replegado y el país goza de más libertades que nunca y apuntan a que podría hipotecar los ahorros futuros de muchos contribuyentes. (Foto: Reuters/Rodrigo Garrido)

El Parlamento chileno avanzó en la discusión de un proyecto de ley que permitiría a los chilenos retirar el 10% de sus fondos de pensiones por cuarta vez desde el inicio de la crisis sanitaria, una iniciativa envuelta en polémica que enfrenta una semana clave en la Cámara Baja.

Con 8 votos a favor y 4 en contra, la Comisión de Constitución de la Cámara de los Diputados aprobó esta propuesta, que busca aliviar las diezmadas economías domésticas tras la pandemia, permitiendo a todos los cotizantes retirar un décimo de sus pensiones, gestionadas por fondos privados de contribución obligatoria.

El proyecto, que todavía sortea los plenos de las dos Cámaras, podría despacharse en las próximas semanas puesto que se discute con carácter de urgencia.

Desde la llegada del COVID-19 se han aprobado otros tres retiros del 10% que hasta ahora ha supuesto un desembolso de más de US$ 50,000 millones para entidades que gestionan estos dineros, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

Algunos expertos sostienen que los retiros no son una medida oportuna ahora que la pandemia se ha replegado y el país goza de más libertades que nunca y apuntan a que podría hipotecar los ahorros futuros de muchos contribuyentes.

En la misma línea, el Ejecutivo y numerosos economistas apuntan a que los retiros son una de las causas de la inflación que atraviesa el país, que llegó al 4.7% en 12 meses y ha llevado al Banco Central a tomar medidas inéditas en 23 años.

En paralelo, el presidente, Sebastián Piñera, ha optado por reforzar las ayudas sociales, que amplió en agosto por un valor de US$ 7,000 millones que se suman a los más de US$ 34,000 millones ya comprometidos, y por reformar y mejorar el sistema actual de pensiones.

Hace menos de una semana, el mandatario anunció un proyecto de ley con trámite urgente que busca ampliar el “Pilar Solidario” de las pensiones, los aportes del Gobierno orientados a quienes reciben pensiones más bajas o no han cotizado.

En tanto, los defensores del proyecto de ley sostienen que hay demasiadas trabas burocráticas para acceder a las ayudas estatales y ven en los retiros una forma de protestar contra el actual sistema de pensiones, criticado por muchos por las pírricas jubilaciones que otorga.

Ideado por José Piñera, hermano del actual mandatario, e instaurado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), el sistema de pensiones chileno es pionero en la capitalización individual y obliga a cada trabajador a aportar un 10% mensual de su sueldo a un fondo gestionado por empresas privadas.

Mientras que estas compañías gestoras obtienen millonarios beneficios, la mitad de los contribuyentes chilenos recibe menos de 215,000 pesos (US$ 280) al mes de pensión, según datos de la Fundación Sol, siendo que la línea de la pobreza se sitúa en los 170,000 pesos (alrededor de US$ 215).

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