Los límites que el banco central de Argentina impuso esta semana a las importaciones, en un intento por combatir la escasez de divisas, generarán una aceleración de la inflación y una caída en el nivel de actividad, sostuvieron analistas consultados por Reuters.
En medio de una alta inflación, la producción de Argentina podría desacelerarse hasta crecer solo un 2% este año -desde el alza de 10.3% registrado en el 2021-, presionada entre otros factores por las nuevas limitaciones, que golpearán a las industrias que necesitan de insumos importados.
“La señal que se dio al mercado es que estamos ‘rascando el fondo de la lata’: no hay más dólares para la economía real y por eso se pone un ‘cepo’ al ‘cepo’ (como se conoce a la restricción para acceder a divisas)”, explicó Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior Siglo XXI.
Entre las medidas anunciadas, el banco central incrementó el listado de productos con licencias no automáticas para su importación, lo que implica un freno para las compras de insumos por parte de empresas.
“Por cada punto de aumento de nivel de actividad, las importaciones crecen tres puntos o más. Y la regla es inversa también: si bajan la importaciones, el nivel de actividad también cae”, agregó.
La reactivación de la industria en el 2021 y el aumento en volumen y precios de la energía importada generó una mayor demanda de dólares, en un país que no logra dejar atrás su crisis financiera y sus fuertes desequilibrios macroeconómicos.
Las compras al exterior crecieron en mayo un 53.1% respecto al mismo mes del año anterior y alcanzaron un récord de US$ 7,870 millones, mientras que las exportaciones crecieron un 20.7% en el mismo período.
Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, destacó que el país se encamina a una situación de estanflación, una combinación de estancamiento económico con inflación, debido a la desaceleración de la actividad y el fuerte aumento de precios.
Tiscornia analiza subir su actual proyección de inflación del 75% y también su estimación de crecimiento de algo más de 2% para el 2022.
“El arrastre de crecimiento del año pasado es de 4 puntos, o sea que es malísimo crecer algo más de 2%. Es una pésima combinación que se pase respecto al año pasado a (tener) más inflación y menos crecimiento”, agregó.
“Estas medidas son más inflacionarias porque va a haber menos importaciones o, si entran importaciones, es porque las están pagando más caras”, explicó Tiscornia.
Tras entrar en vigencia las nuevas restricciones, el banco central pudo aumentar sus reservas en casi US$ 1,500 millones con compras en el mercado en los últimos cuatro días.
“Desalentar las importaciones dificultando los pagos al exterior de las obligaciones contraídas por los empresarios no pareciera ser una solución eficiente, desarrollista y de largo plazo cuyos efectos sean positivos”, dijo la Cámara de Importadores de la República Argentina.
“Más bien, los resultados esperados podrían ser todo lo contrario”, añadió en un comunicado.
Debido a la incertidumbre sobre el cumplimiento del programa económico que Argentina firmó este año con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación galopante y un riesgo país en niveles récord, las firmas privadas enfrentan altos costos para financiar sus compras.
“Es poco factible que las empresas decidan incrementar su endeudamiento”, explicó Alejandro Ovando, director de IES Consultores, que estima una inflación de 80% este año y un crecimiento de 2%.