Nico Vergara tiene solo 23 años, pero sus negocios generan más de US$650,000 al año. Todo comenzó con un pequeño carrito de helados de fruta al estilo neozelandés en Portland, Oregon, Estados Unidos. Ahora, con dos ubicaciones físicas, productos distribuidos en unos 60 supermercados en Oregon y Washington, y una reciente incursión en la comida mexicana, Vergara está en la cresta de la ola en el mundo de la comida. La historia de su startup es viral.
La inspiración para Nico’s Ice Cream provino de una experiencia que Vergara tuvo cuando ayudaba a administrar Zed’s Real Fruit Ice Cream, donde aprendió a usar una máquina especializada que mezcla una base de helado con frutas frescas. Aunque nunca fue fanático de los dulces, descubrió que el estilo neozelandés era diferente: “es ligero, aireado y frutal”, dice a CNBC Make It.
Para hacer realidad su visión, Vergara vació su cuenta bancaria y utilizó sus inversiones en acciones de empresas como Apple y Amazon, además de recibir US$10,000 de su tío. Con US$25,000 en la mano, compró una máquina de helado por US$11,000 de una empresa en Nueva Zelanda llamada Little Jem y puso en marcha su plan.
El plan original era simple: un carrito de helados en el primer año, otro carrito en el segundo, y un local físico en el tercer año. Pero el éxito superó sus expectativas. En solo tres meses, se expandió a una tienda física, y un año después, ya tenía dos ubicaciones. Para la tercera ubicación, que planea abrir este otoño, Vergara está considerando salir de Oregon.
Además de los helados, Vergara experimentó con otros negocios, abriendo un restaurante mexicano llamado Nico’s Cantina y un café llamado Nico’s Coffee. Aunque el café tuvo que cerrar después de un allanamiento y problemas con el arrendador, la cantina sigue funcionando y generó $157,000 en ingresos el año pasado.
Nico Vergara es un ejemplo de que el éxito no conoce estereotipos. A pesar de no tener educación universitaria, y de ser “un chico con tatuajes”, como él mismo dice, ha construido un negocio próspero. Aconseja a otros emprendedores que tomen riesgos y confíen en sí mismos: “Si yo puedo, genuinamente, cualquiera puede”.
Su historia muestra que, aunque el camino del emprendimiento no siempre es fácil, la pasión y la determinación pueden llevar a resultados sorprendentes. Como dice Vergara, “si piensas demasiado, te asustas y no lo haces. Tienes que lanzarte”.
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