(G de Gestión) Alguna vez te he contado en esta columna mi fascinación por las drag queens y el reality más exitoso y premiado en el mundo, conducido por Ru Paul, quien se autoproclama madre de todas las drags. Hoy quiero usar la última de sus temporadas para explicarte por qué la autoconfianza en exceso puede ser de las peores amenazas en la construcción de tu marca.
En la temporada 16 de RuPaul’s Drag Race, una de las favoritas, Plane Jane, parecía tener todo para ganar: confianza absoluta, técnica impecable y una seguridad que deslumbraba. Pero, al final (alerta: spoiler), perdió. ¿Por qué? Frente a ella, otra concursante optó por mostrar vulnerabilidad, conectó con el jurado y la audiencia, y dejó claro que el éxito no siempre es cuestión de perfección, sino de autenticidad.
Este episodio es un ejemplo para aplicar en la vida no solo profesional y personal, sino también en las marcas. En un mundo en que estas compiten por la atención del público, muchas apuestan por mostrarse fuertes e infalibles. Sin embargo, este exceso de autoconfianza puede generar desconexión. Ya sabes lo que pasó con Blockbuster: tuvieron la oportunidad de comprar Netflix en sus primeros días, pero se rieron de la propuesta. La historia muestra que esa autoconfianza en su modelo tradicional contribuyó a su declive y eventual bancarrota.
Por otro lado, Heinz, conocida por su kétchup, intentó lanzar una línea de productos llamada Heinz EZ Squirt, con este producto en colores brillantes como verde y morado, dirigido a los niños. Aunque al principio tuvo cierto éxito, la empresa se volvió demasiado confiada en el concepto, lo que la llevó a saturar el mercado con variedades poco atractivas, como el azul, lo que terminó en el fracaso del artículo y el retiro de la línea. Esto es prueba de cómo, incluso estando consolidados, podemos tropezar por exceso de confianza en un nuevo enfoque.
El caso de Airbnb en plena pandemia muestra el poder opuesto: el de la vulnerabilidad. En una carta abierta, su fundador, Brian Chesky, no solo reconoció la crisis que enfrentaba la compañía, sino que compartió el dolor de tener que despedir a miles de empleados. Con honestidad y empatía, habló sobre los desafíos de la pandemia y las decisiones difíciles que tomaron para proteger el futuro del negocio. No fue un gesto de debilidad: fue un acto de humanidad que fortaleció el vínculo con su comunidad, a la que mostró que hay personas reales detrás de las grandes marcas. Y es que estas, al igual que las concursantes de RuPaul, deben preguntarse qué conecta más: ser perfecta o ser real. La vulnerabilidad no es una amenaza a la credibilidad, sino una herramienta para construirla. Airbnb entendió esto y, al hacerlo, no solo logró sobrevivir a una crisis, sino que también consolidó su lugar como una marca auténtica y confiable.
En comunicación, como en la vida, la perfección técnica no siempre gana. Mostrar humanidad, aceptar errores y abrirse al diálogo con el público puede significar la diferencia entre una marca que impacta y una que realmente conecta. Porque al final, como diría RuPaul, “si no puedes amar lo que eres, ¿cómo esperas que alguien más lo haga?”.
MÁS SOBRE G DE GESTIÓN
- Del abuelo al nieto: Grupo Inca, dueño de Incalpaca, en fase de transición generacional
- InDrive acelera lanzamientos en el Perú: ¿qué servicios ofrecerá el próximo año?
- Dyson abrirá su primera tienda en Perú: ¿quién está detrás de su ingreso?
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.
CEO de Boost y directora de Women CEO. Una de los 100 líderes con mayor reputación del país, según Merco. Autora de cinco libros de marketing.