La expansión del coronavirus obligó a cancelar los eventos en el país hasta por lo menos finales de año. Eso le dijo “no” a los matrimonios religiosos y fiestas, pero no necesariamente al amor. Las personas se seguirán casando, pase lo que pase.
La expansión del coronavirus obligó a cancelar los eventos en el país hasta por lo menos finales de año. Eso le dijo “no” a los matrimonios religiosos y fiestas, pero no necesariamente al amor. Las personas se seguirán casando, pase lo que pase.
“Lo que estoy viendo es que se están activando los matrimonios civiles. Hay muchas novias que igual quieren casarse este año, obviamente en un vento más chiquito y con vestidos de acuerdo a la ocasión”, revela Yahel Waisman, diseñadora de moda, con especialidad en vestidos de novia y de noche.
Por eso, Waisman sacará una colección cápsula de vestidos de novia a más tardar a principios de septiembre de este año. Las piezas de la colección no superarán los US$ 1,000. “Al ser civil y un evento más chico, las novias no van a tener un presupuesto tan grande para el vestido”, explica la diseñadora de modas.
En su atelier, Waisman agenda a cada clienta con una hora de diferencia para poder desinfectar las áreas que han sido usadas antes de que llegue la siguiente persona. Las citas espaciadas se mantendrán. Además, está por lanzar su nueva página web que permitirá hacer compras en línea de su colección cápsula de civil y de su nueva línea knitwear.
Waisman cree que los matrimonios civiles serán una tendencia por lo menos hasta el próximo año. Sin embargo, considera que una vez que acabe la pandemia las novias optarán por matrimonios y fiestas grandes.
“La novia limeña es muy tradicional y tener una fiesta grande y un vestido importante para ese día es un sueño que tienen durante muchos años. Creo que las novias van a seguir queriendo un día súper especial, donde haya más gente, pero no este año, sino el próximo. Por lo pronto, se harán solo eventos reducidos”.
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