No solo las empresas quieren ser las mejores, sino también, los trabajadores. Mientras las compañías persiguen el objetivo de generar mayores ingresos, algunos de sus colaboradores no necesariamente pueden estar alineados al 100% con este objetivo.
Los trabajadores comparten dicha meta con la de continuar estudiando para enfrentar de una forma más eficiente los desafíos que se plantean no solo dentro de la empresa, sino también en el día a día. Teniendo en cuenta estas nuevas necesidades, es posible que las compañías no las estén atendiendo de forma adecuada. O, quizás, aún no se han realizado esta interrogante.
“¿Qué oportunidades tengo de migrar hacia otras áreas?”, es una de las preguntas que ahora tiene un espacio en el cuestionario de una persona que está buscando un trabajo, informa Silvana Cárdenas, gerente país de Right Management, firma especializada de Manpower Group. Si bien el sueldo no ha dejado de ser un ítem importante para el trabajador, existen otros aspectos que se comienzan a considerar a la hora de buscar un empleo.
“En un estudio de Manpower Group, entre las top 5 de las prioridades cuando se va a buscar un empleo, siempre –por supuesto– el dinero es un factor importante, pero no necesariamente es el prioritario", señala.
“Me encuentro con [preguntas sobre] trabajo flexible. Me pasa mucho desde mi rol –mediante el cual entrevisto personas–, en donde las preguntas son respecto a la flexibilidad: acerca de qué tanto se puede hacer home office (trabajar desde casa) y qué tanto se pueden compartir roles profesionales con personales”, puntualiza. Esta flexibilidad, desde su punto de vista, permitirá que los trabajadores encuentren un equilibrio entre los roles que desarrollan habitualmente.
“Hoy en día, muchas organizaciones lo aplican [el home office], como parte de este paquete de beneficios que tienen para atraer nuevas generaciones y nuevos talentos”, coincide Jonathan López, director de la red de empresas de la Fundación Forge.
No obstante, ambos especialistas resaltan que no todas las organizaciones están listas para recurrir a esta modalidad de trabajo.
Siendo así, el desafío no es solo para la persona que postula al empleo, sino también para la compañía que enfrenta una nueva demanda por parte del trabajador. Especialmente, de quienes comienzan a insertarse en el mundo laboral: los jóvenes.
“Cuando los trabajos son muy monótonos, y no se mezcla lo operativo y estratégico, lo que ocurre es que los jóvenes renuncian inmediatamente porque están buscando otras opciones”, manifiesta López.
“Es importante hacer un llamado a las empresas para que empiecen a considerar estrategias de cómo fidelizar a este público objetivo de jóvenes que buscan espacios que les permitan desarrollarse profesionalmente, donde el reconocimiento no solo sea económico”, anota.
En competencia constante
El descanso sin goce de haber, un permiso que otorga la empresa por un tiempo determinado, es otro de los requerimientos principales de los jóvenes. “Están pensando en la maestría, están pensando en cuándo van a nacer sus hijos... esa flexibilidad en las organizaciones es importante”, subraya Cárdenas.
“[El joven de hoy] no es un joven que terminó la universidad, encuentra un trabajo y ahí se va a quedar. Lo que va a hacer es seguir buscando nuevas opciones de estudios, porque querrá estudiar una maestría, un diplomado. Ellos están compitiendo por ser mejores”, destaca, por su parte, López.
Anticipando las oportunidades en el futuro, los jóvenes tratan también de encontrar un equilibrio entre el terreno personal y laboral. Sus proyectos incluyen la continuación de los estudios y los planes familiares. Para ellos, además, el trabajo representa la oportunidad de crecer como personas.
Y en sus mentes, surgen cuestiones como estas:
“Yo quiero un trabajo en el cual me pueda desarrollar como mamá, como hija, como estudiante –porque quiero seguir preparándome, hacer una maestría–”, refiere la especialista.
"Entonces, lo primero que voy a hacer es preguntar si voy a tener esta flexibilidad para seguir creciendo personal y profesionalmente. Este es un gran reto y desafío para las organizaciones”, dice Cárdenas, en un contexto donde no solo se trata de fidelizar al consumidor de un producto, sino también, a quienes hacen posible que ese producto pueda llegar al proceso final.
Bajo esta premisa, en donde la competencia es cada vez más exigente, López recomendó dos frentes de acción para las empresas. El primero consiste en que la compañía debe empezar a valorar la actitud de la persona a la hora de postular a un empleo, ya que puede tener los conocimientos técnicos, mas no el compromiso a la hora de desempeñarse en el trabajo.
Asimismo, sugirió generar cambios en la estructura de trabajo. De acuerdo con el especialista, las empresas deberían empezar a evaluar por objetivos, de modo que se verifique el cumplimiento de las metas trazadas inicialmente dentro de la compañía. “Hay que empezar a crear un cambio desde la confianza a las personas que trabajan en nuestra organización”, destaca.
Cárdenas expresa que es importante identificar quiénes son los líderes de las empresas, de modo que ellos puedan inspirar a otros trabajadores. Ello a la par de que se identifiquen los talentos que se desean retener dentro de la compañía y se conozca lo que están buscando los trabajadores dentro de las mismas. "La gente muchas veces se va porque ya no sabe qué más hacer”, finaliza.