El deterioro del panorama de la inflación y la preocupación por la pérdida de confianza en la capacidad de la Reserva Federal (Fed) para frenar los precios hicieron que los funcionarios del banco central se unieran en torno a un alza de gran magnitud en las tasas de interés, según indicaron las minutas de la reunión de junio.
Sobre la base de datos publicados en días anteriores a la reunión de política monetaria del 14 y 15 de junio, “los participantes (del comité FOMC) coincidieron en que las perspectivas de inflación a corto plazo se habían deteriorado desde la reunión de mayo”, según las actas, lo que justifica el aumento de 0.75 puntos porcentuales y el paso a una política monetaria “restrictiva”.
Con las familias estresadas por el aumento de los precios de los alimentos y la gasolina, y sin pruebas de que las acciones de la Fed a la fecha hubiesen comenzado a detener el aumento más rápido de la inflación en 40 años, “muchos participantes juzgaron que un riesgo significativo era que la elevada inflación podría afianzarse si el público comenzaba a cuestionar la determinación del Comité (Federal de Mercado Abierto) para ajustar la postura de política monetaria según lo justificado”.
El resultado fue el primer aumento de la tasa en 0.75 puntos porcentuales desde 1994 y la advertencia de más acciones de este tipo en el corto plazo, con los participantes juzgando que un aumento de 50 o 75 puntos básicos probablemente sería apropiado en la reunión de política monetaria de este mes.
El grupo, en una muestra de unanimidad que ha borrado las líneas divisorias típicas entre los “halcones” y “palomas” frente a la inflación, señaló la necesidad de montar una campaña de comunicación pública que no deje dudas de que estaban “firmemente comprometidos” con ganar la guerra contra el avance de los precios.
Desde entonces, el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha ampliado su propia retórica, declarando la semana pasada que el tiempo corría en la Fed para demostrar que podía controlar los precios antes de que la psicología pública comenzara a cambiar.
Hubo preocupación en la reunión de que esto ya estaba en marcha, con “muchos participantes” preocupados de que “las expectativas de inflación a largo plazo podrían estar comenzando a subir”.
Las minutas no mencionaron directamente el riesgo de recesión y, de hecho, los funcionarios de la Fed dijeron que pensaban que los datos mostraban que el Producto Bruto Interno (PBI) de Estados Unidos “se estaba expandiendo en el trimestre actual”, con el mercado laboral aún ajustado.
Pero reconocieron que los riesgos eran a la baja y, en particular, que la política monetaria de la Fed podría tener un impacto mayor al anticipado.
“Los participantes coincidieron en que la perspectiva económica justificaba pasar a una postura de política monetaria restrictiva, y reconocieron la posibilidad de que una postura aún más restrictiva podría ser apropiada si persistieran las presiones inflacionarias elevadas”, según las minutas.
Los inversores actualmente esperan que la Fed apruebe otro aumento de 75 puntos básicos en la reunión del 26 y 27 de julio como parte de lo que se ha convertido en un giro veloz en la política monetaria.
Hace menos de un año, los funcionarios todavía se comprometían a mantener los grifos monetarios abiertos de par en par, con una tasa de fondos federales cercana a cero y US$ 120,000 millones en compras mensuales de bonos, hasta ver un “progreso sustancial adicional” en el mercado laboral y la inflación esté “moderadamente encaminada” a superar el objetivo de 2% “durante algún tiempo”.