Por Julian Lee
La flexibilidad debe ser el principio rector del grupo OPEP+ en este momento; después de todo, es por eso que sus miembros se reúnen todos los meses.
Los ministros de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados se reunirán el jueves para decidir su objetivo de producción para agosto y, quizás, para más adelante. Se reunirán en un momento en que el crudo Brent se encuentra cerca de su nivel más alto desde octubre de 2018, en medio de llamados de clientes clave para que aumenten la producción.
No todo el mundo está de acuerdo en que eso sea lo correcto. Los miembros clave de la alianza, sobre todo Arabia Saudita y Kuwait, llaman a la precaución, mientras que Rusia está presionando para abrir más los grifos.
Desde su gran disputa en marzo del 2020, que estuvo acompañada de un breve período de producción sin cuotas justo cuando la pandemia redujo drásticamente la demanda de petróleo, ambos bandos han encontrado espacio para hacer concesiones. Y es probable que lo vuelvan a hacer. Ya acordaron aumentar la oferta de petróleo en 840,000 barriles diarios desde principios de julio, llevando la meta al nivel que originalmente habían planeado alcanzar hace seis meses. Pero necesitan agregar más en agosto.
Claro, hay incertidumbre, pero esa no es razón para no hacer nada.
La variante delta del coronavirus está resultando ser obstinadamente difícil de controlar y, aunque algunas economías avanzan con fuerza gracias a campañas generalizadas de vacunación, otras todavía enfrentan dificultades y los viajes internacionales siguen estando severamente restringidos. Eso ensombrece los sólidos pronósticos de demanda de la Agencia Internacional de Energía, los bancos, los analistas e, incluso, de la propia OPEP.
El consumo mundial de combustible está superando la oferta en 3 millones de barriles por día, según Goldman Sachs Group Inc. Y haga lo que haga la OPEP, el mercado seguirá estando “realmente ajustado” hasta el feriado del Día del Trabajo en Estados Unidos, dijo Jeff Currie, jefe de investigación de productos básicos de Goldman, en una entrevista con Bloomberg Television.
En India, los precios de los combustibles al por menor han subido a su nivel más alto desde al menos 2002 en términos de moneda local, lo que llevó al ministro de Petróleo del país, Dharmendra Pradhan, a expresar su “profunda preocupación” por el impacto de los precios de la energía en la inflación e hizo un llamado a proporcionar suministros “asequibles”, con precios en una “banda razonable”, según repitió en una solicitud para que la OPEP+ aumente la producción.
El propio análisis de la OPEP muestra que la necesidad mundial de su crudo aumentará a 28.66 millones de barriles por día en promedio en el tercer trimestre. Eso es alrededor de 1.5 millones de barriles por día por encima del objetivo del grupo para julio, suponiendo que Irán, Libia y Venezuela continúen bombeando a los niveles recientes.
A fines de mayo, las reservas comerciales de petróleo en los países de la OCDE ya estaban 20 millones de barriles por debajo de su promedio de 2015-2019, según el secretario general del grupo, un objetivo clave para el ministro de Energía de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz Bin Salman.
La otra gran incertidumbre es si el crudo iraní volverá al mercado si se reactiva el acuerdo nuclear del 2015. La Compañía Nacional de Petróleo de Irán dice que la mayor parte de su producción de petróleo se puede restaurar dentro de un mes tras la flexibilización de las sanciones estadounidenses, lo que podría agregar casi 1 millón de barriles por día a la oferta.
Pero los diplomáticos a cargo de las negociaciones no se volverán a reunir esta semana en Viena, como estaba previsto, y no están seguros de cuándo se llevará a cabo una séptima ronda de conversaciones. Eso contendrá cualquier suministro iraní adicional, el que ahora parece poco probable que llegue antes del cuarto trimestre.
Aquí es precisamente cuando la OPEP+ debería aprovechar al máximo su nuevo modus operandi maleable. Ha demostrado lo adaptable que puede ser para responder a una recuperación que ha sido más lenta de lo previsto. A través de la combinación de una postergación de la ampliación de las cuotas y recortes voluntarios adicionales de Arabia Saudita, ha revisado su objetivo de producción del plan original muchas veces desde que el acuerdo entró en vigor.
Pero ahora, cuando los mayores precios del petróleo están perjudicando a clientes clave, es el momento de ajustar su suministro mensual en la otra dirección y acordar un aumento de producción mayor de lo esperado. Después de todo, siempre se puede revertir el próximo mes si las cosas no salen según lo planeado. Ese es el objetivo de la flexibilidad.