Las frenéticas compras de petróleo impulsadas por interrupciones al suministro y los indicios de que la variante ómicron no será tan perjudicial como se temía han llevado a algunos grados de crudo a máximos de varios años, lo que sugiere que el repunte de los futuros del Brent podría mantenerse, según operadores.
Los precios de los cargamentos físicos no siempre cotizan a la par con los futuros del petróleo y cuando los diferenciales se amplían rápida y considerablemente, pueden indicar que los especuladores han sobrevendido o sobrecomprado los futuros respecto a los fundamentales.
Los futuros del petróleo Brent se han disparado un 10% desde principios de año, pero el mercado físico sigue avanzando, con diferenciales para algunos grados que alcanzan máximos de varios años, lo que sugiere que un mercado ajustado impulsará el repunte de los futuros.
“Estas cifras son una locura. Está claro que hay una gran escasez de productos físicos”, dijo un operador de petróleo del Mar del Norte.
El grado referencial Forties <BFO-FOT> alcanzó el jueves un máximo de dos años, al precio del Brent con fecha de entrega más US$ 1.80 por barril.
Otros grados del Mar del Norte también han alcanzado máximos de uno o dos años. Los precios de los grados de África occidental, como el Bonny Light de Nigeria, han subido desde principios de año.
La escasez comenzó en la cuenca atlántica y se extendió cuando los compradores asiáticos se vieron obligados a buscar cargamentos más baratos en otros lugares.
Los diferenciales del crudo de Omán, Emiratos Árabes Unidos y el Lejano Oriente de Rusia se han disparado, y la prima del crudo Brent con respecto a los swaps de Dubái es la más amplia de los últimos dos meses.
Varios factores han impulsado los precios. Tras la rápida propagación de ómicron en el cuarto trimestre, la demanda de petróleo no se vio muy afectada, lo que sorprendió a las refinerías, que habían reducido sus compras. Ahora, de repente, tienen que compensar la diferencia.
Las violentas protestas en Kazajstán a principios de año hicieron temer una prolongada interrupción del suministro, que no se materializó, y que se habría sumado a problemas en lugares como Libia, Canadá y Ecuador. Las interrupciones en Libia y Ecuador se resolvieron en gran medida la semana pasada, después de retirar cerca de un millón de barriles diarios.
Al mismo tiempo, la OPEP y sus aliados se han apegado a su cronograma para aumentar lentamente la producción, a pesar de los llamados de Estados Unidos y otros países para que lo aceleren. Mientras tanto, las conversaciones nucleares con Irán, que también podrían aumentar la oferta, parecen estancadas.
“Resulta que ómicron no era tan malo y los problemas de suministro eran peores de lo previsto”, dijo un operador de crudo estadounidense. “(Los compradores) se están apoderando de todo, sin importar el grado”.
Los inventarios también se han reducido en Estados Unidos y Canadá. La Administración de Información de Energía de Estados Unidos dijo el miércoles que las existencias de crudo cayeron más de lo esperado a su nivel más bajo desde octubre del 2018.
“Con la primavera y el verano en el horizonte la gente se está preparando para disfrutar de un mercado fuerte”, señaló un operador estadounidense.
Algunos operadores aún creen que el mercado podría perder fuerza debido a las nuevas variantes del COVID-19, el mantenimiento estacional de las refinerías en el segundo trimestre y una posible desaceleración en China.
“Creo que se trata más bien un intento de adelantarse a un mercado ajustado que creen que se avecina volver a una dinámica de mercado de ‘manada de lemmings’”, dijo otro operador sobre el reciente repunte.