Los inversores están obteniendo algunos de los mejores rendimientos de los mercados emergentes tras deshacerse de los maltrechos bonos soberanos argentinos y comprar en su lugar bonos corporativos y provinciales de la nación sudamericana.
Mientras que la deuda del Gobierno federal se ha desplomado más de un 35% este año, hasta unos 20 centavos frente al dólar, los bonos emitidos por la petrolera controlada por el Estado, YPF SA, han dado retornos de hasta un 18%. Las notas vendidas por provincias como Mendoza y Córdoba han dado a cambio alrededor del 7%.
Estos rendimientos están entre los mejores de los países en desarrollo y destacan aún más si se tiene en cuenta que, a nivel mundial, los bonos corporativos denominados en dólares han perdido un 17% este año. Argentina es también uno de los pocos lugares en los que los bonos corporativos rinden menos que los soberanos: los bonos de YPF con vencimiento en el 2029 pagan un 18% frente al 23% de los bonos gubernamentales con un vencimiento similar.
La divergencia en Argentina pone de manifiesto que, aunque los inversores son pesimistas sobre la capacidad del país para atraer dinero, frenar la inflación y reactivar el crecimiento antes de las elecciones presidenciales de octubre del 2023, confían en que sus empresas y Gobiernos provinciales puedan resistir. Los compradores de bonos ven a muchos de ellos como sabios gestores financieros capaces de sobrellevar las turbulencias, según Edwin Gutiérrez, responsable de deuda soberana de mercados emergentes en Abrdn.
”Definitivamente, hay un sesgo de supervivencia con las empresas argentinas”, dijo Gutiérrez desde Londres, donde Abrdn ha recortado su tenencias de bonos soberanos argentinos y se ha quedado con títulos de empresas. “Estos son los tipos que han logrado sobrevivir a pesar de todo lo que el Gobierno les lanza”.
Cuando el Estado no pudo pagar sus bonos durante la pandemia, en medio de una disminución de las reservas, el aumento de la inflación y una rígida cuarentena que paralizó a la economía, muchas empresas y provincias argentinas pronto siguieron su paso y cayeron en impago.
Desde entonces, los responsables de política monetaria en Argentina no han sido capaces de poner a la economía en una senda de crecimiento sostenible, lo que ha llevado a adelantar que otra crisis de deuda sea prácticamente inevitable en los próximos años.
Emisores argentinos más pequeños utilizaron el alivio creado por reestructuraciones para apuntalar sus balances. Las provincias de Mendoza y Córdoba son consideradas por los inversores como fiscalmente sólidas. Provincias como Chubut y Neuquén se benefician del hecho de que son productores de energía que obtienen ingresos en dólares y pueden proteger esos ingresos de los controles de cambio del Gobierno.
YPF también utilizó parte de los ahorros de su reestructuración para impulsar las inversiones de capital, apuntalando su capacidad de producción para los años venideros.
”Aunque en algunos casos la calidad crediticia de los bonos corporativos se ve muy afectada por el soberano, las empresas se han visto obligadas a hacer el doble de esfuerzo para reconstruir un historial de rentabilidad”, dijo María Moyano Hidalgo, estratega sénior para Adcap en Buenos Aires. “Eso ha permitido a las empresas disfrutar de amplios diferenciales sobre los precios de los bonos soberanos”.
Jason Trujillo, gestor sénior de carteras de Invesco en Atlanta, añadió que otro aspecto positivo para los emisores más pequeños es que su deuda tiende a ser a más corto plazo y no es tan vulnerable a las pérdidas derivadas del aumento de las tasas de interés mundiales.
Las empresas y provincias argentinas no son inmunes a las dificultades del país, y es posible que su recuperación no tenga mucho más por recorrer dado que la inflación enfila hacia el 100% este año y las reservas de divisas de la nación se han reducido a su nivel más bajo en seis años. El Gobierno ha dificultado el acceso de prestatarios a dólares en el pasado, y existe la posibilidad de que esas restricciones se endurezcan aún más.
El ministro de Economía, Sergio Massa, ha intentado aumentar las reservas incentivando a los exportadores de productos agrícolas a vender sus existencias más rápidamente y trabaja para que el programa de préstamos de Argentina con el Fondo Monetario Internacional, de US$ 44,000 millones, vuelva a ponerse en marcha, pero no está claro el éxito de estos esfuerzos.
”Nos hemos involucrado con YPF, pero seguimos siendo cautelosos con respecto a las demás empresas, incluidas las provincias, dado el continuo contexto difícil”, dijo Siby Thomas, analista de T. Rowe Price en Baltimore. “Los nombres argentinos han tenido buen desempeño en general, aunque gran parte de ello se debe a la naturaleza idiosincrática de la historia en un momento en que el aumento de tasas de interés impulsa los rendimientos totales”.
Para los operadores que deben invertir en Argentina pero quieren evitar los bonos soberanos, las notas de YPF y las provincias pueden ser el único lugar a donde acudir.
”Es difícil hablar de ‘ganar’ en Argentina”, dijo Ray Zucaro, director de inversiones de RVX Asset Management en Miami, que posee bonos de YPF. “Sin embargo, los bonos corporativos y cuasi soberanos de la nación son definitivamente una forma de esconderse”.