Este año la economía peruana tendrá un rebote en su crecimiento, con una tasa estimada superior al 10% según entidades nacionales e internacionales, luego de un 2020 con una contracción de 11%.
Sin embargo, este crecimiento de la economía, que el Banco Central de Reserva (BCR) espera que retorne a su nivel del 2019, previo a la pandemia en el último trimestre de este año, no está siendo suficiente para generar empleo de calidad en el país.
Aunque las últimas cifras de empleo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) mostraron que el nivel de empleo total habría recuperado sus niveles prepandemia, esto se viene dando con una generación prevalente de empleos precarios.
“Se viene reactivando el empleo rural, que es básicamente agropecuario y el urbano informal”, explicó el economista de Macroconsult, Álvaro Monge.
El especialista afirmó que en el caso del empleo agropecuario, en el Perú viene creciendo a tasas del 20% y en el 2020 no cayó, sirviendo como soporte a l mercado laboral.
Por su parte, el empleo informal urbano del sector privado ha tenido un crecimiento respecto del 2019. Ahora tiene una tasa de 74%, un crecimiento de cinco puntos respecto del 69% en que se ubicaba antes de la pandemia.
Es decir, hoy en el Perú el empleo informal, que es sinónimo de precariedad laboral pues el trabajador no tiene ningún tipo de protección, paga salarios más bajos y es menos productivo, es el que viene ganando terreno.
El INEI define como población ocupada urbana con empleo informal a quienes laboran sin beneficios sociales o que trabajan en unidades de producción no registradas.
Empleo formal lento
El lado opuesto de la moneda es el empleo formal, que según las últimas cifras de la planilla electrónica dadas a conocer por el BCR, en el periodo enero agosto aún está 3.8% por debajo de los niveles del mismo periodo del 2019.
Aquí los resultados son heterogéneos. Mientras que el sector construcción y minería ya superaron en 7.8% y 5.6%, respectivamente a sus niveles prepandemia, otros como el sector servicios, que es el que tiene la mayor cantidad de trabajadores formales, aún está 8.2% por debajo de su nivel del 2019 (ver tabla en la página 3)
Un trabajador formal es aquel con vínculo sujeto a la legislación laboral, fiscal y de la seguridad social o se desempeña en el denominado sector formal de la economía.
Si este año la recuperación del empleo formal viene lento, las perspectivas para el próximo año no son las mejores. El exministro de Economía y Finanzas, Miguel Castilla, espera una contracción del empleo formal en el 2022, es decir, se continúe con un proceso de informalización de la economía.
“El gasto per cápita de los hogares no recuperaría sus niveles prepandemia, probablemente, hasta finales del año 2024”.
Esto se explica porque se prevé una debilidad de la demanda interna, principalmente por una posible caída de la inversión privada.
Castilla mencionó que el propio BCR estima un crecimiento de 0% de la inversión privada, entidades como Apoyo proyectan una caída de 15%. Credicorp había anticipado que la contracción sería de 7% el próximo año.
Ingresos
La precarización del empleo en el Perú tiene como una de sus consecuencias la reducción de los ingresos de los trabajadores, tanto formales como informales.
En el caso del sector informal urbano, a pesar del crecimiento de este tipo de empleos en lo que va del año, el ingreso promedio de sus trabajadores es 10% menor a lo que percibían antes de la pandemia.
De acuerdo con los datos del INEI, un trabajador informal en el área urbana del Perú gana al mes S/ 1,024, en promedio, monto que es S/ 119 menos que los S/ 1,143 que recibía en el segundo trimestre del 2019.
“La demanda interna no crecería en el 2022 porque las previsiones son que tanto la inversión privada como la pública se van a contraer”.
En consecuencia, en el Perú de hoy hay más trabajadores informales, pero con ingresos menores.
La situación es más complicada entre los trabajadores formales, pues además de que este tipo de empleo aún está deprimido la caída de los ingresos es mayor que en el sector informal.
Al segundo trimestre de este año, una persona con empleo formal tiene un ingreso promedio que es 16% menor que hace dos años, antes que inicie la pandemia.
Y es que el sueldo promedio mensual en los empleos formales del área urbana del país es de S/ 2,288, que es S/ 439 menos que los S/ 2,727 que ganaban entre abril y junio del 2019 (ver gráfico en la página 3).
Se acorta la brecha
Una de las consecuencias de esta recomposición de los ingresos de los trabajadores en el país es que la brecha entre lo que ganan los trabajadores formales y los informales se ha reducido.
Y es que hasta el segundo trimestre del 2019 eran S/ 1,584 los que separaban los sueldos de los trabajadores formales de los informales. Este año, esa distancia se redujo en S/ 320, pues la brecha es de S/ 1,264, al mes de junio de este año.
EN CORTO
- Regiones. De acuerdo con el INEI, el empleo informal aumentó en mayor dimensión en la selva. Su avance fue de 18.9% en el año móvil julio 2020-junio 2021, respecto del mismo periodo del 2018-2019, previo a la pandemia. Es decir, esta zona tiene 202,000 trabajadores informales más que hace dos años. En la sierra el incremento fue de 12.5%, lo que significa 254,900 personas más en esta condición.
Dos ejes para formalizar: simplificar regímenes tributarios y flexibilidad laboral
Previo al proceso electoral, los economistas de la Universidad del Pacífico, Pablo Lavado y Gustavo Yamada, elaboraron un documento denominado “Empleo e informalidad laboral en la nueva normalidad”.
Aquí se plantea que, teniendo en cuenta la realidad nacional y las necesidades actuales del mercado laboral peruano, la estrategia de formalización debe focalizarse en dos ejes principales: simplificación de regímenes tributarios y una transición a la formalidad mediante la flexibilidad y la protección social. Para lograr estos ejes se plantean 10 medidas de política que abordan las interacciones entre los tres principales actores: la empresa, el Estado y el trabajador. Entre las que destacan está el elaborar una normativa para restringir el acceso de las microempresas al RUS y al RER, ya que generan incentivos a la contratación de mano de obra formal.
Además, una simplificación administrativa para cumplir las normas laborales, implementar la remuneración integral anual (RIA) para los trabajadores que ganen salarios menores a dos UIT, asegurar la protección a los desempleados, entre otros.
Plataformas digitales tienen la forma más flexible de contratar
El exministro de Economía, Miguel Castilla, afirmó que una “válvula de escape” a la rigidez del mercado laboral y que desincentiva la formalidad, vienen siendo las plataformas digitales, como los aplicativos de taxi y de delivery.
Explicó que estas plataformas tienen la modalidad más flexible para contratar en la actualidad, ya que cualquier persona puede inscribirse para brindar sus servicios.
“Hay iniciativas en el Congreso y del propio Ejecutivo de que esos trabajadores ingresen a planilla. Si tú obligas a las empresas a que pongan a estos trabajadores a plazo indeterminado, con todos los beneficios, lo que vas a lograr es matar a esos negocios e impulsar que se desarrollen ese mismo tipo de actividades pero de manera informal”, dijo.
Explicó que la tendencia en el mundo es ir hacia una flexibilidad laboral otorgando protección social, pero es una discusión que en Perú no se está dando. Más aún porque desde el Gobierno se tiene la intención de legislar “para unos pocos”, según Castilla, ya que la población laboral sindicalizada es de menos de 10%. Además, las que pagan salario mínimo son básicamente pequeñas empresas.
“Una cosa positiva sería que se establezca un régimen de apoyo a la capacitación de jóvenes, para mejorar la productividad y la calidad del empleo, pero no creo que por allí vaya el Gobierno o el Congreso”, refirió.