La economía peruana se mantiene en terreno negativo: a agosto registra una caída de 0.6% y para setiembre no se prevé una mejora importante. Con ello, ya diferentes analistas proyectan una caída del producto bruto interno (PBI) este año. Si esos estimados se cumplen, el Perú registraría su nivel más bajo en más de 20 años (sin contar el 2020, cuando inició la pandemia del Covid-19).
En este contexto, y después de que el ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, reconociera -tras una publicación de este diario- que el país está en una recesión, Gestión conversó con Hugo Santa María, Socio y economista jefe de Apoyo Consultoría, sobre la situación actual y qué factores nos están golpeando.
-Antes de hablar de números, ¿cuál diría es la situación de las instituciones en el Perú?
Hay que diferenciar entre resistir y progresar. Tenemos una economía que mantiene las cuentas fiscales en orden, un manejo monetario que es un activo para el Perú. Eso nos permite tener buenos ratios fiscales, la inflación bajo control -en todo el mundo subió, en el Perú ya está bajando-; también un tipo de cambio que ha sido el menos volátil de la región. Eso muestra que tenemos instituciones que nos permiten resistir, pero no estamos funcionando como para progresar. No solo a nivel de crecimiento económico, sino de servicios a los ciudadanos y funcionamiento del Estado. Ese es el factor de riesgo más importante del Perú. El país se está instalando en una economía de crecimiento bajo.
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-¿Cree que las instituciones peruanas han recuperado el deterioro sufrido durante la presidencia de Pedro Castillo?
Hay que diferenciar al menos dos grupos de instituciones. Por un lado está el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), Superintendencia de Mercado de Valores (SMV), Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), los reguladores, incluso el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Uno puede tener matices y opiniones distintas sobre políticas específicas, pero hemos mantenido un manejo fiscal bien razonable.
Al costado está la administración pública en general. El funcionamiento de las municipalidades, gobiernos regionales, y todos los otros ministerios que no son el MEF. Creo que ahí estamos en un proceso de deterioro que ya lleva algunos años y lamentablemente durante el Gobierno de Pedro Castillo se aceleró muy rápidamente.
-¿Se fueron los buenos técnicos?
La buena gente se va (del Estado). Por supuesto que quedan héroes. Pero los héroes y la gente de buenas intenciones no son suficiente para mover toda la administración pública y todo el Estado peruano en la dirección que uno quisiera. Creo que todavía estamos dependiendo de los héroes. La carrera pública está muy desprestigiada, deteriorada.
LA DESCENTRALIZACIÓN: “Creo que hay un fracaso en la descentralización. Era muy popular cuando se lanzó porque la propuesta era acercar el Gobierno a los ciudadanos porque de esa manera iba a mejorar la gestión pública. Ese era el sueño y la promesa, pero no se cumplió. Hoy día tenemos un Estado totalmente disfuncional. Cada municipalidad hace lo que quiere, al igual que cada gobierno regional”, dijo Santa María.
-¿Cómo evalúa la inversión pública?
Tendemos a ver solamente la ejecución en porcentaje del presupuesto, pero lo más importante es la calidad de la inversión. La descentralización lamentablemente ha llevado a una atomización tremenda de la inversión pública en la que tenemos miles de proyectos pequeños, de bajo valor y bajo impacto. Tenemos una inversión pública de baja calidad que no redunda en la mejora de los servicios ciudadanos ni en la capacidad productiva del país.
-El Gobierno pareciera estar queriendo recuperar el control de esa gestión, por ejemplo con la creación de la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN), para hacerse cargo de los proyectos emblemáticos. ¿Funcionará?
En espíritu. Creo que en la práctica vamos a ver poco porque los gobiernos subnacionales tienen que estar dispuestos a entregar estos proyectos. Al menos como yo he entendido la ley, no es que esta nueva autoridad pueda decirle a los gobiernos subnacionales que por tener un presupuesto por encima del límite establecido y con un porcentaje de atraso se lo tienen que dar por ley. En el papel se genera esta autoridad que debería ejecutar mejor, pero el Perú está lleno de buenas leyes.
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-¿Qué tan complejo será para el Perú regresar a los niveles de pobreza prepandemia?
Es un problema muy serio. Hemos retrocedido más años de lo que ahora decimos porque cuando teníamos pobreza de 30% o más, el Perú y el mundo comenzaban un proceso de aceleración y crecimiento. El principal factor para reducir la pobreza (a 20% en el 2019) fue el crecimiento económico. Hoy día no veo un crecimiento económico de 5% o 6% posible, es muy optimista. Estamos en niveles comparables, pero el esfuerzo necesario para revertir esos números me parece más importante.
-¿Qué hacer?
Hay que trabajar por lo menos en dos frentes. Primero, en darle la debida importancia a acciones que aceleren el crecimiento y ahí vale de todo, vale desde movilizar proyectos chiquitos, mejorar el ambiente de expectativas. Y segundo, creo que lo vamos a necesitas más que antes y estamos en una situación más precaria que antes, un Estado que tenga políticas de alivio de pobreza efectivas.
Un “gran elefante en la habitación” cuando tenemos este tipo de discusiones es la institucionalidad política. Recientemente estuve en una presentación de Julio Velarde (presidente del BCRP) donde le preguntan sobre qué políticas haría para recuperar el crecimiento y Velarde no pudo contestar. Pero, dijo que sin gobernanza todo es muy difícil.
-¿Haría propia esa frase?
Sí, totalmente. Si tuviera que pedir un deseo de una sola reforma, creo que me la jugaría por la (reforma) política. Como está ahora es profundamente disfuncional. Nos genera personas que participan en política por plazos muy cortos porque no hay partidos, no hay reelección, no hay carrera política. Estamos en una trampa donde los incentivos del sistema político impiden o hacen poco probable que se den las reformas que el Perú realmente necesita.
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-Se habla de que grandes decisiones de inversión privada están en espera hasta las elecciones 2026, pero con este contexto de ausencia de líderes políticos, ¿ve probable que la situación cambie para entonces?
Lamentablemente Perú se está convirtiendo en un país de horizonte de planeamiento corto. Algo de inversión va a haber en la medida que se aislen los riesgos, pero no va a ser suficiente para llevar al país al crecimiento económico que requerimos para reducir pobreza y generar empleo. Ese es el riesgo principal de Perú.
Un escenario probable (para las próximas elecciones) es que tengamos un presidente frente a un Congreso de la República fragmentado. ¿Eso a qué nos lleva? Cosas muy malas no van a pasar porque se entrampan, pero cosas buenas tampoco, porque también se entrampan.
SE INICIÓ SEGUNDA TEMPORADA DE PESCA: “Vi que se autorizó la segunda temporada de pesca. Esa es una noticia positiva, no solo porque aritméticamente va a mejorar el número de crecimiento, sino porque vamos a tener familias que vamos a poder generar ingresos, que ese es el gran problema, la gran dificultad por la que atraviesan las familias peruanas”, comentó.
-¿Los inversionistas ya dan por sentado que el Gobierno y el Congreso llegan al 2026 o aún es un riesgo un posible adelanto de elecciones?
Voy a repetir lo que nos dicen. El ruido ha bajado mucho y todos podemos tener opiniones. Nosotros hacemos un sondeo trimestral a casi treinta analistas políticos. Ya pocos piensan que el Gobierno no va a llegar a término. En una situación que estamos “establemente inestables”, estamos sujetos a estos choques políticos e incertidumbre permanente, pero que no se genera esa gran crisis de gobernabilidad que motiva a otra transición política.
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-Hablábamos de los pilares que nos mantienen sobreviviendo, pero qué pasa con la informalidad, pobreza, microempresas que desaparecen. ¿Cómo revertir esta situación en un contexto donde si no se hace nada, la población podría llegar enojada al 2026? ¿Cómo se ve el panorama?
Complicado. La recuperación de la economía va a tomar tiempo y cuando llegue va a ser débil. Hay dos factores a tener en cuenta: hay una desaceleración del crecimiento más estructural y a eso le hemos sumado una serie de shocks. Veamos desde diciembre del año pasado: el intento de golpe de Estado, el cambio de presidencia, la ola de protestas, las iniciativas de adelanto de elecciones, el ciclón Yaku, el fenómeno de El Niño. Todo eso en un contexto del choque macroeconómico de la mayor inflación y ajustes de tasas de interés. Vamos a mejorar, sí, pero vamos a mejorar a tasas de 2% y 3%.
-Hablaba de la reforma política. ¿Es la más importante para usted?
Para mí la “reforma cero” es la de gobernanza e instituciones de la democracia, esa es la cero, porque permite ahí recién comenzar a pensar en agendas de largo plazo. Luego está la gran agenda de cómo hacemos toda la legislación laboral. Hay que ser imaginativos y tratar de promover el empleo formal.
-¿Considera que el Gobierno promueve la inversión privada?
Leí a Alfonso Bustamante (presidente de la Confiep) en Gestión que dice que el Gobierno no se opone pero no promueve. Yo creo que sí se opone. Él hablaba del Gobierno, pero yo hablo de la administración pública. No vas a tener una autoridad que diga que está en contra de la inversión privada, pero en la práctica sí están en contra. Es carísimo emprender en el Perú. Lo que yo veo es mucha arbitrariedad frente a los ciudadanos, los contribuyentes y las empresas de todo tamaño. Sí creo que tenemos una administración pública que frena el emprendimiento privado.
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-El ministro de Economía y Finanzas ya reconoció que estamos en recesión. ¿El crédito suplementario es el camino?
Como llamemos a la situación no tiene mayor importancia, lo importante es que la economía está estancada desde hace un buen tiempo, cada vez más débil y no genera ni trabajo ni ingresos suficientes para que las familias peruanas sientan alguna mejora en su situación. Ese es el gran problema. Sobre si el paquete reactivador o el crédito suplementario que comentó el ministro puede ser la “bala de plata” que mejore la situación, yo lo dudo mucho.
-¿Qué se puede hacer frente a este escenario?
Si se logra ejecutar (el crédito suplementario), que es una gran interrogante, algo ayudará, pero tenemos que trabajar muchísimos frentes. Dar algunas señales para que la inversión privada se reactive, algunas medidas puntuales, concretas para acelerar algunos proyectos que están parados y sobre todo, en vez de seguir ampliando presupuestos y dando más plata, ver si la plata que ya está asignada se ejecuta. Los niveles de ejecución siguen siendo, la verdad, ya ni siquiera lamentables, son vergonzantes. Esa es mi visión.
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Editora de Economía y Finanzas del diario Gestión. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Con 9 años de experiencia profesional en el rubro.
Bachiller en Economía y Negocios Internacionales de la Universidad ESAN y especialista en Sostenibilidad por la Pacífico Business School. Fue analista de Sectores y Empresas y del Content Lab de Semana Económica. Actualmente es redactora senior de economía en Gestión.