Una vez más, el Perú se ve azotado por huaicos e inundaciones. No es algo súbito ni impredecible, sino un fenómeno que ocurre regularmente en distintas zonas del país que se saben vulnerables. Por eso, hay un presupuesto público destinado a la “reducción de la vulnerabilidad y la atención de emergencias por desastres”. El problema es que no se ejecuta con celeridad.
Gestión revisó la data de los últimos cinco años y encontró que, en todo ese periodo, se asignaron S/6,912 millones al tema mencionado, pero se ejecutó solo el 51%. Es decir, apenas la mitad de todo el dinero que se tuvo disponible. El presupuesto incluye obras para de prevención ante fenómenos como El Niño, lluvias intensas, heladas y sismos.
El panorama es transversal a todos los niveles del Estado: tanto el Gobierno Nacional, los regionales y locales han dejado de ejecutar 56%, 49% y 42%, respectivamente, del dinero que tuvieron a disposición en los últimos cinco años para reducir la vulnerabilidad.
Anaximandro Rojas, presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), comenta que “no hay una política preventiva”. “Hay recursos. Es cuestión de gestionar. Hay partidas que asignan el Gobierno Nacional a los gobiernos regionales sobre todo, pero devuelven presupuesto. Habrá que hacer un análisis sobre lo que está pasando”, critica.
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Recursos y obras
A inicios de enero, el Centro Nacional de Prevención de Riesgos de Desastres (Cenepred) ya había alertado, mediante un estudio, que 6.4 millones de personas estaban en riesgo -entre alto y muy alto- de ser afectadas por fenómenos naturales entre enero y marzo del 2023.
Solo en el 2022, a los tres niveles de gobierno (nacional, gobiernos locales y regionales) se les asignó un total de S/1,120.7 millones para proyectos con el fin antes descrito, según data de Transparencia Económica del Ministerio de Economía (MEF). Al cierre de ese año, quedaron sin ejecutar S/ 359.3 millones. Es decir, el 32.1%.
El avance de algunas obras fue exageradamente bajo. Por ejemplo, de los S/ 22.5 millones asignados para la creación y mejoramiento del servicio de protección contra inundaciones en localidades como Anchacclla, Lircay y Ocopa, en Huancavelica, solo se ejecutó un 2.3% en el 2022.
A Arequipa, una de las regiones que ha sido más afectada por los huaicos e inundaciones de este año, se le asignó S/ 15.4 millones para el mejoramiento del servicio de protección en la quebrada El Arquillo, en el anexo La Banda, en Yarabamba. ¿Cuánto ejecutó el año pasado? Solo 10.6%.
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En el caso de Lima, había S/ 18.8 millones para la implementación de medidas de prevención para el control de desbordes e inundaciones del río Cañete, de lo que se logró ejecutar el 100%. Sin embargo, para la creación del servicio de protección contra inundaciones en el sector Roma Alta de Carabayllo, quedó sin ejecutarse el 30% de los S/ 2.5 millones con los que se contaba.
En algunos proyectos sí se dieron avances. Por ejemplo, el año pasado se asignó S/ 59.7 millones para la creación de defensa ribereña margen izquierda del río Zarumilla, en Tumbes. De este monto, se ejecutó el 99.7%.
Además, de los S/ 25.8 millones con los que se contaba para el mejoramiento y ampliación del servicio de protección ante inundaciones en la cuenca alta del río Vilcanota, en Cusco, se devengó el 99.6%.
“Por nuestra ubicación geográfica estamos expuestos prácticamente a todos los peligros: inundaciones, huaicos, sismos, volcanes, tormentas eléctricas. Decir que el riesgo va a ser cero, no sería correcto. Pero, hay que trabajar en reducir los riesgos (...) Tener presupuesto es muy importante para que se tenga éxito en la implementación de las medidas de prevención. Si bien es cierto, los planes de prevención son claves, no es el fin último, es un medio que va a permitir que se materialicen medidas concretas”, comenta Alfredo Zambrano, subdirector de Gestión de la Información del Cenepred.
Planes. Una forma de evitar estos riesgos, dice Zambrano, es que la población no se asiente en zonas como cauces de quebradas o con fuerte pendiente de laderas, entre otros. Para ello, se requiere un trabajo extenso para frenar que se coloquen en áreas llamadas de alto riesgo. “Quienes juegan un rol importante son los gobiernos locales, teniendo en sus planes de desarrollo urbano la gestión de riesgo. Con ello, se puede desarrollar, formular y ejecutar los planes de prevención y reducción de riesgos”, anota.
Agrega que como parte del Fondo para intervenciones ante la ocurrencia de desastres naturales (Fondes) también hay recursos para realizar intervenciones. “Este es un fondo donde los gobiernos locales, por ejemplo, pueden recurrir para financiar los proyectos. Acá viene el trabajo articulado, porque el Cenepred como principal ente técnico identifica a nivel nacional todos los distritos que están expuestos a inundaciones, deslizamientos, huaicos. Y esta información es alcanzada al Fondes para que cuando vaya a tocarle un municipio a solicitar recursos, sepan que son en zonas de riesgo”, refiere.
En el 2022, a través del Fondes, se ejecutó S/ 6,268.6 millones, lo que representó un 74.4% del marco presupuestal. Cabe recordar, que en este fondo hay diferentes ámbitos: la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (conocida por su alto nivel de ejecución, raro en el Estado), Comisión Multisectorial y otros.
¿Y la agricultura?
En sus escenarios de riesgo, el Cenepred -con data de Senamhi- informó que desde el sábado 11 al pasado lunes 13 de febrero iban a continuar las precipitaciones (nieve, granizo, aguanieve y lluvia) de moderada a fuerte intensidad en la sierra central y sur. Además, desde el martes 14 al miércoles 15 de febrero, se presentarán precipitaciones también de moderada a fuerte intensidad en la sierra y costa norte.
De hecho, según la información que monitorea la Sutran, el 13 de febrero a las 18:28 horas se registraban 10 alertas de tránsito restringido y dos de tránsito interrumpido por bloqueos de carreteras a raíz de lluvias, huaicos, etcétera.
Uno de los sectores que ya registra cierta afectación es la agricultura. En Gestión se informó que a inicios de la semana pasada se registró un desborde del río Pisco, en Ica, que provocó inundaciones sobre 80 hectáreas de cultivo de uvas, espárragos, entre otros productos agrícolas, y según indicaron autoridades locales, están en riesgo otras 100 hectáreas sembradas en esa provincia.
A ello se sumaron más zonas agrícolas dañadas en Huarochirí, Yauyos (departamento de Lima) y en Áncash, debido a las intensas lluvias, según autoridades locales.
Seguro Agrícola Catastrófico: El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) dispuso se destine un primer monto de S/80 millones al Seguro Agrícola Catastrófico (SAC), como ayuda a los agricultores que resulten afectados por catástrofes naturales. Este subsidio permitirá otorgar una indemnización de S/800 por hectárea a pequeños productores que tengan hasta 10 hectáreas de cultivo, y cuyos sembríos hayan resultado afectados por estragos naturales.
Anaximandro Rojas, presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), recuerda que la agricultura “ingresa” a este escenario de lluvias e inundaciones ya golpeada. En ese sentido, Christian Garay, Director General de Estadística, Seguimiento y Evaluación de Políticas (DGESEP), del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), explica que el sector agropecuario nacional venía afectado por sequías, el alza de precios de fertilizantes, la gripe aviar y la convulsión social (que devino en bloqueo de carreteras). Ahora se enfrentan a inundaciones.
“El primer semestre de este año será clave en término de la oferta que pueda salir a los mercados. Recordemos que hubo una caída muy fuerte de siembras, casi 20%, entre agosto y noviembre del 2022. Esto puede condicionar la capacidad de cosechas que se den para estos meses del año”, remarca.
El representante de Conveagro considera que los cultivos de las zonas altoandinas que podrían ser perjudicados con las anomalías climáticas son la papa, pastizales, algunas hortalizas y cereales.
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