Redacción Gestión

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En los últimos 25 años, la en el país se ha transformado. Así, pasó de comercializar principalmente productos a granel a envasados, de ofrecer una oferta limitada de marcas a una amplia variedad, de tener un cliente de consumo básico a uno cada vez más exigente. ¿Cómo se llegó a esto?

El presidente de CCR, Félix Ureta, recuerda que a inicios de los 90 –cuando nació Gestión– el país tenía una industria de alimentos incipiente, en la que competían alrededor de 30 empresas, principalmente nacionales.

Así, en molineras participaban empresas como Nicolini Hermanos, Molinera del Perú, Molitalia, La Fabril, entre otras.

La coyuntura del país era diferente a la actual; se venía de una crisis económica pronunciada de los años 80 y el país tenía poca apertura comercial. La mayoría de peruanos estaban limitados en su consumo por sus ingresos, les bastaba con comprar poco y barato. Productos como el arroz, azúcar, fideos, aceite, entre otros, que hoy se venden envasados, se comercializaban a granel, y primaban los formatos pequeños de productos, recuerda Ureta.

En el caso de lácteos, refiere que se venía de una larga historia de oferta limitada, que sin embargo cubría las expectativas de los consumidores. En el mercado de leches industrializadas, la oferta más representativa era la del tipo evaporada, entera y light; también se comercializaba leche en polvo, en menor escala, y yogur.

Es por esta coyuntura que en los años 90 el canal tradicional reinaba de manera indiscutible. Las cadenas de supermercados no pasaban de tener 100 locales.

El country manager de Kantar Worldpanel, Fidel La Riva, recuerda que las cadenas de fast food prácticamente no existían, la comida se preparaba en el hogar, y había momentos de consumo que ahora son casi inexistentes, como el lonche.

Cambio estructuralRecién entre los años 1993 y 1994, tras las reformas dadas por el Gobierno, el panorama para la empezó a cambiar, y fue desarrollándose más con el crecimiento de la economía.

Con las nuevas exigencias del mercado, y la necesidad de las empresas de ser más competitivas, se originó un cambio en la estructura de estas. Se pasó de un mercado atomizado a uno de mayor competencia, explica Félix Ureta.

Las empresas que supieron afrontar el reto adoptaron estrategias que les permitieron crecer en el mercado, y aquellas que no desaparecieron o se redujeron. Así, nacieron empresas como , tras la fusión de la Compañía Industrial Perú Pacífico S.A. (CIPPSA) con Nicolini Hermanos y Molinera del Perú.

Otras se potenciaron, como Laive, que a fines de 1995 llegó a un acuerdo con Empresas Santa Carolina de Chile. También surgieron nuevas empresas que fueron ganando terreno, como Industrias Teal, Molino Nápoli, entre otras.

Pero no todo fue color de rosa para la industria de alimentos, pues enfrentó momentos difíciles como los que se dieron en 1998, cuando se desató la crisis de los países del sudeste asiático y se retrajeron los capitales, lo que frenó a su vez el crecimiento; a esto sumó un intenso fenómeno de El Niño. Un entorno similar se vivió con la crisis económica internacional del 2009.

TransiciónGloria señala que la transición hacia una industria de alimentos más dinámica, con mayores ofertas de productos, hizo que los consumidores tuvieran que romper esquemas de consumo tradicionales.

En el mercado de alimentos del país comenzó a primar la funcionalidad de los productos, teniendo en cuenta que la mayoría de los miembros de un hogar trabajan, dando paso a un consumidor más exigente.

En el caso de la industria láctea, se pasó de una oferta limitada a un portafolio más amplio y especializado, desarrollado a partir de una adecuada segmentación de mercado. Así, a partir del 2000, Gloria lanzó leche para niños, deslactosada, saborizada UHT, etc.

Patricio Jaramillo, vicepresidente de consumo masivo Perú de Alicorp, refiere que la industria de alimentos del país tuvo un cambio más acelerado con el crecimiento económico que se dio en la última década, que implicó el crecimiento de la clase media; además por la globalización y la apertura de mercados, y por la madurez del consumidor, que ha ido incorporando nuevas variables en su ecuación de valor, además del precio.

Este cambio acelerado se traduce en cifras. Así, entre el 2009 y el 2014 la industria total de alimentos envasados en el país creció más 50% en términos absolutos, señala Euromonitor International.

CCR estima que el mercado de alimentos del país mueve hoy alrededor de US$ 30,000 millones, participando unas 90 empresas y un gran número de marcas.

Pese a este crecimiento, la industria de alimentos procesados en el Perú registra un consumo per cápita aún bajo comparado con otros países de la región: 82 kilos, frente a los 128 kilos de promedio en la región, según un informe de Euromonitor, señala el presidente del Comité de Alimentos de la SNI, Alejandro Daly.

Y a pesar de que esta industria enfrenta algunos problemas –refiere Daly–, como "una sobrerregulación que retrasa algunos proyectos de inversión y ampliaciones, costos laborales elevados, alto componente de insumos importados, entre otros", la manufactura nacional ha alcanzado niveles de competitividad acordes a los más altos estándares internacionales, y nuestros alimentos se exportan hoy a más de 40 países.

Fidel La Riva considera que el estilo de vida de los peruanos se va a seguir acelerando, lo que implicará menor permanencia en el hogar, y por ende nuevos hábitos de consumo . En la próxima década podría desaparecer el desayuno".