La pandemia de coronavirus puede haber empujado a Estados Unidos a una era volátil de crecimiento más fuerte y más productividad, pero también tasas de interés más altas y una inflación más acelerada, afirmó el presidente de la Reserva Federal (Fed) de St. Louis, James Bullard, argumentando que el banco central debería poner fin a sus políticas de la era de la crisis.
Bullard, quien hace cinco años dijo que veía a Estados Unidos sumido en una época de bajo crecimiento, productividad e inflación, afirmó que está empezando a pensar que podría haber llegado un nuevo “régimen” en el que la Fed tendrá que hacer frente a cambios más rápidos e impactos más frecuentes.
Durante más de una década antes de la pandemia, “el crecimiento económico fue lento y no muy volátil y la inflación en conjunto fue lenta y no muy volátil”, dijo Bullard en una entrevista con Reuters el lunes. “Este entorno es muy diferente, se ha alterado el equilibrio global. Los ecos continuarán y habrá mucha más volatilidad de la que estamos acostumbrados”.
En la parte positiva, eso podría significar una serie de desarrollos que mejorarán la productividad y harán que el crecimiento y los salarios aumenten con rapidez en Estados Unidos; el riesgo es una inflación más alta que podría alterar la expectativa actual de la Fed de que las presiones sobre los precios se aliviarán por sí solas y permitirán una política monetaria flexible continua.
“Tendremos efectos prolongados y persistentes a medida que el resto del mundo se recupere. Hay escasez y cuellos de botella en todas partes. Es probable que Europa crezca más rápidamente en los próximos trimestres”, dijo Bullard.
“Hay industrias que todavía se están adaptando al mundo posterior a la pandemia; están pasando muchas cosas a un ritmo al que no estamos acostumbrados”. En ese contexto, “la política monetaria debe ser más ágil”, señaló.
Sus comentarios incluyen una recomendación de política específica: que la Fed comience pronto a recortar sus US$ 120,000 millones en compras mensuales de activos, los reduzca a cero a principios del próximo año y esté lista para subir las tasas si la inflación amenaza con seguir muy alta durante demasiado tiempo.
Tras no alcanzar su objetivo del 2% durante una década de inflación débil, la Fed quería fomentar un periodo de aumentos de precios más rápidos, pero ahora puede correr el riesgo de obtener demasiado de lo que pidió.
No obstante, sus puntos de vista hablan de una perspectiva más profunda: que la economía puede haber cambiado de manera fundamental en los últimos 18 meses, estableciendo un panorama diferente al que había cuando la Fed estableció un nuevo marco hace aproximadamente un año.